Así afecta el tabaquismo pasivo en la infancia: "Deja una huella a nivel molecular"
Investigación y Tecnología
Los hogares continúan siendo una de las principales fuentes de exposición al humo del tabaco para niños y niñas
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Un fumador pasivo es una persona que aspira el humo del tabaco aunque no esté fumando y tiene de un 20 a 30% más de riesgo de padecer una enfermedad coronaria y cáncer de pulmón. Así lo manifiestan desde Clínica Universidad de Navarra donde, además, aseguran que el humo que inhala el fumador pasivo "contiene hasta tres veces más nicotina y alquitrán que la corriente principal que aspira el fumador y unas cinco veces más de monóxido de carbono".
El 40% de la población infantil a nivel mundial estaba expuesta al tabaquismo pasivo
Esto tiene unas consecuencias para la salud y más si se trata de los niños y niñas. Lo ha reflejado un estudio reciente liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el cual advierte que, a pesar de las crecientes restricciones sobre el consumo de tabaco en espacios públicos, los hogares continúan siendo una de las principales fuentes de exposición al humo del tabaco para niños y niñas. Según este estudio, "el tabaquismo pasivo durante la infancia deja huella a nivel molecular, pudiendo modificar la expresión de genes que influyen en la susceptibilidad a enfermedades en la edad adulta", afirma Marta Cosin-Tomàs, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio a EFE Salud.
Funcionamiento del ADN
Según explica el ISGlobal, "el ADN funciona como un libro de instrucciones para el cuerpo. Sin cambiar el contenido del 'libro' (es decir, la secuencia génica), el humo del tabaco puede añadir 'marcas' en ciertas páginas, afectando la manera en la que se leen esas instrucciones". De esta forma, nos encontramos que, la metilación del ADN, una de esas "marcas" y, por tanto, uno de los principales mecanismos epigenéticos permite activar o inactivar la expresión de los genes.
Así que podemos encontrarnos con bebés y niños que suelen estar expuestos al humo indirecto del cigarrillo están más predispuestos genéticamente a enfrentarse a riesgos de sufrir ataques de asma, infecciones de la boca, garganta, senos paranasales, oídos y pulmones, ocasionando en estos órganos un funcionamiento deficiente; además de síndrome de muerte súbita del lactante en bebés.
El tabaquismo afecta a nivel global
El estudio es reciente, pero los datos no lo son ya que en 2004, se estimó que el 40% de la población infantil a nivel mundial estaba expuesta al tabaquismo pasivo. Este tipo de exposición no solo aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, sino que también puede afectar el desarrollo neurológico y el sistema inmunológico.
"Los resultados obtenidos sugieren que el tabaquismo pasivo en la infancia resulta en cambios epigenéticos similares a los observados con la exposición intrauterina al tabaco o el consumo activo. Esto subraya la urgencia de implementar medidas integrales para reducir la exposición infantil al humo del tabaco, tanto en el hogar como en otros espacios cerrados", apunta Mariona Bustamante, investigadora de ISGlobal y autora sénior del estudio.
Por su parte, Marta Cosin-Tomàs, también de ISGlobal, expresa que la responsabilidad en la exposición del humo en el entorno infantil no es solo un problema de familias, sino de salud pública. "Factores socioeconómicos y ambientales, sumados a la persistente influencia de poderosos intereses comerciales, dificultan la reducción de la exposición al humo del tabaco en determinados hogares", manifiesta.
Fuentes referenciales:
Clínica Universidad de Navarra. Fumador pasivo.
EFE Salud (2025, 17 de febrero). El tabaquismo pasivo en la infancia deja huella en el ADN y puede generar enfermedades.
Medline Plus. Riesgos del tabaco.
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