Jesús Peñas del Bustillo, neumólogo del Hospital Quirón Salud: "El consumo de cigarrillos es, sin duda, el principal riesgo de EPOC"

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El riesgo aumenta en función del tiempo y la cantidad de cigarrillos consumidos

La técnica efectiva que nos "ayuda a diluir la mucosidad y trabaja sobre las inflamaciones de las vías respiratorias"

EPOC
EPOC / Freepik

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una afección que engloba a los antiguos pacientes con bronquitis crónica o enfisema. Se trata de una enfermedad prevenible y tratable que se desarrolla principalmente debido a la exposición a partículas y gases nocivos, siendo el humo del tabaco el principal factor de riesgo.

No obstante, existen otros factores como la contaminación atmosférica, el uso de combustibles de biomasa y ciertas predisposiciones genéticas que pueden contribuir a su desarrollo. La EPOC se caracteriza por síntomas respiratorios persistentes, como tos, expectoración, dificultad para respirar y ruidos torácicos, así como por una limitación crónica del flujo aéreo.

"Los hijos de padres fumadores presentan una mayor prevalencia de síntomas respiratorios"

Factores de riesgo

"El consumo de cigarrillos es, sin ninguna duda, el principal factor de riesgo de EPOC", es la gran advertencia de Jesús Peñas del Bustillo, neumólogo del Hospital QuirónSalud Sagrado Corazón de Sevilla. Así que las personas fumadoras son las más propensas a tener una disminución en su función pulmonar, en comparación con un sector de población no fumadora

A pesar de que no todos los fumadores desarrollan la enfermedad, el riesgo aumenta en función del tiempo y la cantidad de cigarrillos consumidos. "Son factores predictivos de mortalidad por EPOC la edad de comienzo del hábito tabáquico, el número de paquetes/año y la situación actual en cuanto al consumo de cigarrillos", afirma el neumólogo.

"La actividad física es una de las medidas preventivas más eficaces"

Además, los hijos de padres fumadores presentan una mayor prevalencia de síntomas respiratorios, lo que puede derivar en una futura hiperreactividad bronquial. Por otra parte, el doctor Peña del Bustillo aclara que "el abandono del tabaco no lleva consigo una recuperación de la función pulmonar perdida, pero se enlentece la caída anual del FEV1".

Pero el tabaco no es el único factor por el que aparecen las EPOC. La contaminación ambiental también tiene un papel importante. Por ejemplo, "la incidencia y mortalidad de la bronquitis crónica y del enfisema es mayor en las áreas industrializadas", apunta el neumólogo. Además, la contaminación por dióxido de azufre está relacionada con un aumento en las exacerbaciones de la enfermedad.

Algunas profesiones con exposición a sustancias tóxicas, como los trabajadores de plásticos, minería o grano, pueden aumentar el riesgo de desarrollar EPOC, especialmente en combinación con el hábito tabáquico.

"La vacunación es fundamental para prevenir infecciones que puedan agravar la enfermedad"

Además, factores como el crecimiento pulmonar deficiente durante la infancia y la adolescencia, infecciones respiratorias tempranas y predisposición genética, como el déficit de α1-antitripsina, también pueden contribuir a la aparición de la enfermedad.

Precauciones y cuidados en la EPOC

El tratamiento de la EPOC no debe limitarse a los fármacos, sino que debe incluir intervenciones no farmacológicas que mejoren la calidad de vida del paciente. La actividad física es una de las medidas más eficaces para ralentizar la progresión de la enfermedad como por ejemplo la práctica regular de ejercicio.

En este sentido, Jesús Peñas del Bustillo explica que "debe recomendarse la realización de actividad física de forma generalizada porque retrasa el deterioro de la función pulmonar, fortalece la musculatura, disminuye la disnea y los ingresos por exacerbación, mejora el acondicionamiento cardiopulmonar, aumenta la supervivencia y presenta beneficios psicológicos".

"Supone la tercera causa de mortalidad en el mundo"

El abandono del tabaco sigue siendo la estrategia más efectiva para mejorar la salud y la supervivencia de los pacientes. Dejar de fumar no solo ralentiza la progresión de la enfermedad, sino que también disminuye la frecuencia de exacerbaciones y mejora la respuesta al tratamiento.

La nutrición es otro aspecto clave en el manejo de la EPOC. Tanto el bajo peso como la obesidad pueden agravar los síntomas y afectar la función pulmonar, por lo que se recomienda una alimentación equilibrada que evite la desnutrición y el sobrepeso. Además, en pacientes con niveles bajos de vitamina D, su suplementación podría reducir las exacerbaciones moderadas y graves.

La vacunación es fundamental para prevenir infecciones que puedan agravar la enfermedad. Se recomienda la vacunación anual contra la gripe, la vacunación contra el SARS-CoV-2, así como la antineumocócica, especialmente en pacientes con mayor riesgo. Otras vacunas aconsejadas incluyen la del virus respiratorio sincitial (VRS) en mayores de 60 años, la de la tos ferina, tétanos y difteria en no vacunados, y la del herpes zóster en personas mayores de 50 años.

Diagnóstico y prevalencia

La EPOC es un problema de salud pública debido a su alta prevalencia y coste sanitario. Según el estudio, EPI-SCAN 2 en España, afecta al 11,8% de la población mayor de 40 años, con un infradiagnóstico del 74,7%. Muchas veces se detecta tarde, ya que los síntomas pueden ser leves en las fases iniciales. La realización de espirometrías en poblaciones de riesgo, como los fumadores, podría ayudar a reducir este problema.

Según el neumólogo del Sagrado Corazón, "la EPOC supone la tercera causa de mortalidad en el mundo y se prevé que el impacto de la enfermedad irá en aumento en las próximas décadas debido a la exposición continuada a los factores de riesgo y al envejecimiento de la población".

La EPOC es una enfermedad con un gran impacto en la salud pública, pero su prevención y tratamiento pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes. La reducción de la exposición a factores de riesgo, la práctica de ejercicio, la adecuada nutrición y la vacunación son medidas esenciales en su manejo. Además, el diagnóstico precoz mediante pruebas funcionales como la espirometría es clave para reducir su infradiagnóstico y mejorar el pronóstico de los afectados.

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