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El antidepresivo que provocaba orgasmos incontrolables al bostezar

El antidepresivo que provocaba orgasmos incontrolables al bostezar

El antidepresivo que provocaba orgasmos incontrolables al bostezar / pexels

 Los efectos secundarios de los fármacos antidepresivos suelen ser unos de los puntos que más preocupan a aquellos que se encuentran inmersos en algún tipo de tratamiento. Pero,¿y si te dijeran que sus efectos pueden llegar a ser placenteros?. No estarían muy lejos de la realidad si nos remontamos a los años 80. En esta década un grupo de pacientes que tomaba Clomipramina, un antidepresivo para trastornos obsesivo-compulsivos, experimentó orgasmos al bostezar.  Y aquí se hace realidad, literalmente, el término anglosajón yawngasm –compuesta por los términos bostezo y orgasmo-, para describir la agradable sensación que se siente en el momento final del bostezo, con sensación fisiológica incluída.

La Clomipramina es un elemento que se encuentra en muchos antidepresivos. Por aquel entonces, llevaba desarrollándose desde 1960. Esta fue una década en la que las empresas farmacéuticas competían entre sí para ver quién sacaba los mejores medicamentos para diversas patologías psiquiátricas y neurológicas como la ansiedad, depresión, estrés, fobia, insomnio…etc; y , en esta búsqueda, encontraron este potente compuesto.

Pero, ¿cómo desembocó en una pastilla afrodisíaca?. Al parecer, la Clomipramina provocaba un efecto sobre la reabsorción de serotonina que afectaba y aumentaba sus niveles en el cerebro. La relación entre el bostezo y el orgasmo es que se activaba los circuitos neuronales responsables de ambos. Cuando el bostezo tenía lugar, inmediatamente se originaba el clímax. Los dos se encontraban conectados.

Así lo explicaron el fenómeno un equipo de científicos en el Canadian Journal of Psychiatry: ''Proponemos que el aumento en los niveles de serotonina del cerebro que resultan del efecto de la clomipramina sobre la reabsorción de serotonina pueden estimular la liberación de CRF (factor liberador de la corticotrofina) hipotalámica. El CRF liberado tiene el potencial de activar circuitos neuronales responsables de los patrones de comportamiento descritos previamente, es decir, bostezar y la respuesta sexual espontánea''.

Un efecto ¿agradable?

Hasta un 5% de los pacientes que ingirieron este tipo de medicamentos sufrieron orgasmos. Parece una maravilla y, a priori, hasta querríamos probar un tratamiento parecido a largo plazo.  El gran problema fue que no era tan divertido como parecía. Mientras un hombre aseguraba que se veía obligado a llevar permanentemente un preservativo para evitar manchas incómodas, otra paciente tuvo que solicitar que se le quitara la medicación, porque en el ambiente hospitalario no había manera satisfactoria de resolver sus ''ansias sexuales irresistibles''.

Y si muchos medicamentos o hábitos suelen provocar de manera más frecuentes impotencia o problemas en la eyaculación, este medicamento terminó por suprimirse del mercado por provocar un exceso de placer. Paradojas de la vida. 

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