Antes de tomar cualquier tipo de medicamento se ha de tener en cuenta que existen posibilidades de sufrir una reacción ante el mismo. Por ello, es mejor estar informado para poder reconocer los efectos secundarios, de sufrirlos, y poder actuar de la mejor forma posible ante los mismos y su potencial gravedad.

La hidroxicina es un antihistamínico que suele ser recetado para el tratamiento de los efectos de las alergias a nivel cutáneo, que pueden provocar erupciones en la piel, picor o prurito. Sin embargo, no es la única función que se le da a este medicamento concreto, que dado a sus efectos supresores del sistema nervioso central también puede ser recetado como ansiolítico y también como premedicación antes de procedimientos quirúrgicos.

Los posibles efectos secundarios

Que existan una lista de efectos no implica que los pacientes que los consumen vayan a sufrirlos, pero es importante tenerlos en consideración. Y, al igual que otros medicamentos, habrá efectos que afecten más o menos al cuerpo y otros que sean más comunes que otros.

Uno de los más comunes es la sensación de somnolencia, cansancio, mareos o falta de coordinación, en parte por la capacidad depresora del sistema nervioso central que caracteriza al medicamento.

La hidroxicina puede provocar también dolores de cabeza, hipersensibilidad o visión borrosa. También es común poder sufrir estreñimiento, boca seca o confusión (especialmente en pacientes de mayor edad). Desde Medline Plus recomiendan que de mostrar alguno de los efectos secundarios siguientes, se ha de acudir al médico inmediatamente:

• Temblores no intencionales o momentos de agitación.
• Convulsiones.

De igual forma, si el paciente muestra algunos de los siguientes casos en la piel, se recomienda suspender el tratamiento y acudir al médico:

• Sarpullido.
• Lesiones con pus, zonas hinchadas, enrojecimiento de la piel y fiebre.

Además. desde el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo no recomiendan el uso de hidroxicina en los siguientes pacientes: 

• Pacientes con edad avanzada.
• Pacientes que tienen una prolongación del intervalo QT congénito o adquirido o que tengan predisposición a la prolongación.

La dosis no ha de superar tampoco los 100 mg al día en pacientes adultos y de 2mg/kg/día en niños de hasta 40 kilos de peso.