Investigación y Tecnología
Síntomas del cáncer colorrectal y por qué está aumentando en los países desarrollados
Investigación y Tecnología
Cuando lo conocí, todo parecía ir de maravilla. Nuestras conversaciones fluían con tanta naturalidad que me hacía pensar que, por fin, había encontrado a alguien especial. Salíamos juntos, compartíamos risas y confidencias. Pero un día, sin previo aviso, dejó de responder a mis mensajes.
Lo primero que pensé fue que le había pasado algo. Luego, imaginé que tal vez estaba ocupado y que me contestaría cuando estuviera disponible. Sin embargo, los días se convirtieron en semanas y su silencio continuaba. Lo más confuso y frustrante era que, a pesar de su ausencia en nuestras conversaciones, seguía presente en mis redes sociales.
No respondía a mis mensajes, pero le daba "me gusta" a mis fotos y veía todas mis historias. Empecé a sentir una mezcla de desconcierto y tristeza porque era como si siguiera estando ahí, pero a la vez no lo estuviera.
Se llama "orbiting" porque es como si esa persona estuviera orbitando a tu alrededor, manteniéndose a una distancia segura, pero a la vez, lo suficientemente cerca como para dejarte claro que sigue existiendo, sin llegar a involucrarse realmente.
Esta práctica puede tener consecuencias para la salud mental y emocional de quien lo sufre y desde el punto de vista de la psicóloga Silvia Congost, "realmente nos hacen un favor increíble".
El orbiting, en primer lugar, genera una gran confusión. La presencia constante, aunque pasiva, de la otra persona en las redes sociales crea expectativas y dudas sobre sus verdaderas intenciones. Esta ambigüedad puede llevar a la víctima a cuestionarse a sí misma, preguntándose si hizo algo mal o si hay alguna razón específica para el distanciamiento.
Además, el orbiting puede causar una considerable frustración. La falta de una comunicación directa y honesta deja a la persona en un estado de incertidumbre, lo que puede resultar en una sensación de impotencia porque aunque la otra persona no está realmente presente en tu vida, sigue influyendo en tus emociones y pensamientos, sin terminar de cerrar el capítulo debido a su comportamiento.
Ser víctima de orbiting puede hacer que la persona se sienta rechazada o no tan valiosa como para merecer una explicación o un cierre adecuado de esa etapa. Estar cerca de una persona que hace orbiting produce un gran desgaste emocional, impidiendo el avance y dejar atrás la relación.
Con el tiempo, aprendes a ignorar sus pequeñas señales, aunque no sea fácil. De repente, un día se te cae la venda de los ojos y ya no hay marcha atrás. Entonces te das cuenta de que esa relación no va por el camino de ser sana y que mereces algo más que la presencia intermitente de alguien que no se atreve a ser claro contigo.
Puede que te lleve tiempo, pero cuando te des cuenta tienes que alejarte poco a poco de su vida y empezar a reconstruir tu mundo lejos de su presencia para dejar espacio a otras. La psicóloga Silvia Congost, explica que "la relación es sana cuando no tienes que pensar en la relación". Lo hace en un fragmento de vídeo que puso en su perfil de Instagram.
También te puede interesar
Investigación y Tecnología
Síntomas del cáncer colorrectal y por qué está aumentando en los países desarrollados
Investigación y Tecnología
Esta es la actividad física que puedes practicar si tienes dolores de espalda por exceso de carga muscular
Investigación y Tecnología
Estos son tres rasgos que definen a las personas con altas capacidades
Lo último
Contenido patrocinado
Contenido ofrecido por Philip Morris Spain