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El desastre que ha causado la DANA en Valencia ha tenido consecuencias fatales tanto a nivel material como a nivel emocional. Este fenómeno ha dejado a su paso una estela de destrucción, afectando a comunidades y familias. Para quienes lograron sobrevivir, este tipo de tragedias suelen traer consigo un fenómeno psicológico difícil de llevar y bastante doloroso: la culpa del superviviente. Este sentimiento, que puede afectar a largo plazo a quienes lo sienten, es una mezcla de alivio y remordimiento al saberse a salvo mientras otros no lo lograron. Para entender mejor esta reacción emocional y cómo superarla, el psicólogo especializado en trauma, José Martín del Pliego, nos ayuda a profundizar en el síndrome del superviviente.
La culpa del superviviente aparece en situaciones traumáticas donde, tras un evento catastrófico, algunas personas logran salvarse mientras otras resultan heridas o pierden la vida. Este sentimiento de culpa es especialmente común en situaciones de catástrofes naturales, conflictos armados o accidentes, donde los supervivientes se enfrentan a una serie de emociones contradictorias. Según Martín del Pliego, "este sentimiento surge de una especie de dicotomía interna entre el impulso de supervivencia y el deseo de ayudar a otros".
Durante situaciones peligrosas o críticas, nuestro instinto primario nos impulsa a salvar nuestras propias vidas. Sin embargo, cuando el peligro pasa, quienes han sobrevivido pueden sentir que debieron hacer algo más para ayudar a quienes no corrieron con la misma suerte. En palabras de Martín del Pliego, "cuando la persona prioriza su propia supervivencia y no puede socorrer a los demás, esa decisión genera un conflicto emocional que desemboca en culpa". En el caso de esta DANA, esta culpa se vuelve especialmente intensa para quienes lograron ponerse a salvo mientras amigos, familiares o vecinos sufrían las consecuencias.
Este sentimiento de culpa no siempre surge de inmediato. "En el corto plazo, los supervivientes suelen sentir alivio por haber salvado sus vidas. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, esa emoción puede transformarse en una culpa persistente y difícil de superar", explica el psicólogo. Esto se debe a que la culpa es una emoción que tiende a quedarse en el sistema nervioso, y a diferencia de otras emociones, es más compleja de liberar.
Además de la culpa, el síndrome del superviviente suele estar acompañado de una sensación constante de tristeza, angustia y pensamientos recurrentes sobre lo que se podría haber hecho para ayudar a los demás. En algunos casos, las personas afectadas pueden llegar a aislarse socialmente, evitar hablar del suceso o experimentar síntomas físicos de estrés, como insomnio, ansiedad o cambios en el apetito.
Saber si alguien sufre el síndrome del superviviente no es fácil, ya que sus síntomas pueden confundirse con otros problemas, como el estrés postraumático. Martín del Pliego explica que, en un primer momento, la culpa puede ocultarse entre otras emociones como el duelo o la ansiedad. Sin embargo, una señal clara es que la persona afectada suele tener pensamientos recurrentes sobre lo que “debería haber hecho” o lo que “podría haber cambiado”.
“La detección temprana es fundamental para ofrecer ayuda adecuada”, afirma el psicólogo. Para poder asistir a alguien que esté pasando por esta situación, es necesario que esta persona pueda decir y expresar en alto sus emociones y lo que siente que no pudo hacer por los demás.
Superar la culpa del superviviente no es sencillo, pero existen tratamientos que pueden ayudar a quienes la padecen. José Martín del Pliego indica que el tratamiento debe enfocarse en aceptar los instintos de supervivencia como algo inevitable y natural. "El tratamiento consiste en trabajar el dilema interno, aceptando que la necesidad de sobrevivir es fundamental y humana. Se debe explorar también lo que la persona hubiera querido hacer para ayudar, permitiendo que pueda procesar lo ocurrido y empezar a soltar la culpa".
Además del tratamiento terapéutico, existen estrategias complementarias que pueden facilitar la recuperación de quienes sufren la culpa del superviviente. Uno de los enfoques clave es la psicoeducación. Según Martín del Pliego, es importante que el afectado entienda que su respuesta de supervivencia es una reacción biológica y evolutiva que no siempre puede controlar. "Es fundamental que la persona comprenda que su sistema genético actúa automáticamente en situaciones de peligro y que, en ocasiones, las respuestas de autoprotección o congelación no son fallos, sino mecanismos de supervivencia”.
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