Hábitos saludables

¿Por qué se llenan los gimnasios en otoño?

Vuelve la actividad a los gimnasios

Vuelve la actividad a los gimnasios

Los gimnasios llenan de nuevo sus instalaciones con la llegada del otoño. Son meses de renovación y motivación en los que para la mayoría de las personas, septiembre es el nuevo comienzo de año. Vuelve el curso académico, las jornadas de trabajo habituales, la rutina, arrancan nuevos proyectos, nuevos propósitos para terminar el año y con ganas de que todo salga bien.

Las razones son muchas. Habrá quien se sienta obligado por los kilos ganados durante el verano y habrá quien se tome en serio lo de cuidarse. Sea lo que sea, los gimnasios vuelven a llenarse en otoño. Además, la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness (FEDA) recomienda esta estación como una de las mejores épocas para practicar deporte. Eso sí, ten siempre presente una meta. Así no te aburrirás. 

Es muy fácil dejarse vencer por la pereza y una de las excusas que más se ponen las personas son las altas temperaturas. En teoría, en otoño hace unos grados menos, pero a juzgar por el calor de los últimos días, cualquiera diría que seguimos en la época estival. 

Volviendo a la rutina

Muchos gimnasios que habían modificado el horario de verano, en otoño vuelven al habitual. Así es más fácil compaginar la vida laboral con la personal y no poner excusas para el autocuidado. 

La rutina es un arma de doble filo porque se supone que el horario laboral, más la vida conciliadora familiar limita a la hora de encontrar un hueco para dedicar al deporte. Por eso, muchas personas optan por los gimnasios. Allí pueden utilizar las máquinas o ir a clases dirigidas, por lo que lo encuentran como una manera de evitar dejarse vencer por la pereza de todo lo que tendrían que hacer previamente, si la actividad deportiva fuera en el exterior: cambiarse de ropa, buscar una ruta, desplazarse a un entorno natural (por muy cerca que esté) y realizar la actividad, normalmente, en solitario. 

Esto puede mantenerlo una persona que tenga muy interiorizado el hábito de hacer deporte, de lo contrario es fácil desistir. Así que si estás empezando la vida deportiva, opta por un gimnasio y el enfrentamiento a la pereza será mucho menor. 

Márcate objetivos claros, cortos y alcanzables para que, poco a poco, te vayas motivando. Establece una rutina igual que con cualquier otra obligación y descansa para que la musculatura se recupere y no sufras lesiones. Y lo más importante: ¡Entrena según tus capacidades y limitaciones!

Motivación congelada con el deporte

La llegada del otoño, contar con menos horas de luz natural y la bajada de temperaturas son factores externos que psicológicamente influyen en la motivación personal para hacer ciertas actividades como el deporte. 

Las personas no son emocionalmente planas, sino que el estado de ánimo va cambiando durante el día. Algunos se sienten más vitales en las primeras horas del día y otros, por la noche. En el plano físico, existen factores internos que intervienen psicológicamente como son los ciclos hormonales o la cantidad de glucosa en la sangre, por lo que, es importante conocerse y regularse para que los cambios meteorológicos y del día a día les afecte anímicamente lo menos posible. 

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