Tomar una taza de té al día es un hábito que cada vez llevan a cabo más personas en España, y no solo por el rico sabor que esta presenta, sino porque puede aportar muchos beneficios al organismo. Además, con la llegada del otoño, que trae consigo una bajada en las temperaturas, apetece todavía más entrar en calor con estas infusiones.

La gran variedad que podemos encontrar es otro punto a favor de las infusiones. Y es que los que no estén tan familiarizados con estas bebidas no conocerán muchas más además de la manzanilla, la tila o la valeriana, pero la diversidad es enorme, por lo que es muy sencillo descubrir una que se adapte a nuestros gustos y necesidades.

Un té que en los últimos años se ha puesto de moda gracias a los beneficios que presenta es el de kukicha, originario de Japón. Destaca, entre otros aspectos, por su contenido en calcio, pues es seis veces mayor que en la leche. Esta bebida, además, no contiene tanta teína como otras infusiones, por lo que incluso podría consumirse en las horas previas a dormir.

El té de kukicha tiene también un gran poder antioxidante, ya que contiene no solo las vitaminas C y E, sino también flavonoides. Igualmente en su composición encontramos vitaminas del grupo B y minerales como el cobre, manganeso, flúor, zinc y selenio, por lo que su ingesta nos ayudará a reforzar el sistema inmune.

Además, añadir esta bebida a nuestra dieta servirá para reducir los niveles de colesterol y también combatirá las digestiones difíciles, así que después de una comida copiosa podría ser un buen momento para prepararnos una taza. El té de kukicha, asimismo, es diurético, por lo que su consumo es todavía más recomendado para las personas que tienden a retener líquidos. Aunque al tener esta característica puede empeorar el estado de hidratación de nuestro cuerpo, de modo que si lo añadimos a nuestra dieta deberíamos estar atentos a sus niveles.

Así se prepara el té de kukicha

Para preparar una taza de té de kukicha debemos añadir dos cucharadas de este al agua, pero antes de que rompa a hervir. Luego dejamos que repose un minuto y medio o, como mucho, dos minutos. Cuanto más tiempo pase, más amargo será el sabor de la bebida, por lo que si permanece algo más de lo recomendado podría este podría 'estropearse'.

A continuación retiramos las hojitas y, antes de beberlo, podemos darle un toque diferente de sabor añadiendo un poco de pimienta, de jengibre o una rama de canela. Lo que no se recomienda es añadirle leche, ya que limitaría el poder antioxidante del té.