Buen ambiente el que se vive en el mundillo de los costaleros, palabra sevillanísima, en mañanas y noches de ensayos. Hasta 1973, cuando la Hermandad de los Estudiantes formó la primera cuadrilla de hermanos, los pasos lo portaban trabajadores del muelle y del mercado de la Encarnación, que usaban el costal y la faja para los trabajos pesados de cargar las mercancías. En la previa al entrenamiento se reúnen ayudándose mutuamente para colocarse debidamente el costal con la morcilla que soportará el peso de la trabajadera sobre la séptima vertebra cervical.