Asenjo pide a los cofrades que sean creíbles y comprometidos

VI centenario fundacional de la Esperanza de Triana

El arzobispo de Sevilla preside la misa de acción gracias en la Catedral.

Insta a los hermanos a aprovechar los frutos el Año Jubilar para reencontrarse con el Señor

Misa de acción de gracias celebrada en la Catedral ante la Esperanza de Triana.
Misa de acción de gracias celebrada en la Catedral ante la Esperanza de Triana. / Juan Carlos Vázquez

Mañana de júbilo en la Catedral. El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, ha presidido la solemne misa de acción de gracias por el VI centenario de la fundación de la Hermandad de la Esperanza de Triana. Ha sido una mañana de gozo, de emociones, en la que el Templo Metropolitano se ha llenado de hermanos y devotos. La Dolorosa, trasladada el pasado jueves entre una gran multitud, ha lucido radiante en su paso de palio instalado en el Altar del Jubileo. Las hermanas de mantilla -negras y alguna blanca-, y el Grupo de Cámara de Santa Cecilia, que ha puesto la música, han contribuido a dar aún mayor realce a un aniversario que será ampliamente recordado no sólo en la cale Pureza, también en toda la ciudad. En su homilía, el arzobispo ha pedido a los hermanos autencidad y lealtad con la Iglesia. Ha afirmado que la Iglesia necesita hoy cofrades ”creíbles y comprometidos”, recordando que eso es más importante que los estrenos o las propias procesiones.

En la celebración han acompañado a la hermandad numerosas autoridades, como la teniente de alcalde, delegada e Relaciones Institucionales, Carmen Castreño; Andrés Ollero Tassara, miembro del Tribunal Constitucional, autoridades militares, académicas, civiles, además de representaciones de las hermandades y cofradías, encabezadas por el delegado dicioesano de hermandades, Marcelino Manzano; y el presidente del Consejo, Antonio Piñero

La intervención de monseñor Asenjo ha estado muy centrada en recordar a los hermanos y devotos cómo debe ser el cofrade actual. H recordado cómo 20 generaciones de hermanos y miles de devotos se han postrado desde 1418 ante la Esperanza para contarles penas y dolores, las dificultades de la vida o alegrías y gozos: “Le habéis encomendado a vuestros hijos, a vuestros enfermos y ancianos y todas vuestras necesidades materiales y espirituales, encontrando siempre en la Santísima Virgen una mirada llena de dulzura y bálsamo y medicina para vuestros sufrimientos. Es justo, pues, que en esta mañana demos gracias a Dios por las muchas dádivas que ha derramado sobre todos vosotros y sobre vuestras familias en estos DC años de dones y bendiciones”.

El prelado ha instado a que la peregrinación de la corporación hasta la Catedral sea un acontecimiento de gracia que trascienda de un mero suceso histórico glorioso. Por ello, ha realizado una llamada a la conversión, remarcando el carácter espiritual el acontecimiento: “El fin último de vuestra peregrinación a la Catedral, madre y cabeza de todas las iglesias de la Archidiócesis, debe ser el encuentro con Jesucristo, que trasforma nuestra vida, le da un nuevo sentido, una esperanza renovada, una alegría recrecida y rebosante y una sorprendente plenitud”.

La Esperanza en su paso de palio.
La Esperanza en su paso de palio. / Juan Carlos Vázquez

Monseñor Asenjo ha pedido a los hermanos “a salir de la frivolidad, la tibieza, la mediocridad, el aburguesamiento espiritual y las apariencias inanes”, para restaurar la soberanía de Dios, para que la celebración de este Año Jubilar por los 600 años de la hermandad sea un reencuentro con el Señor que renueve la vida de los hermanos y devotos: “Que ninguno de vosotros echéis en saco roto la múltiple gracia de Dios que en este aniversario quiere derramarse a raudales sobre vosotros. Que todos le abráis con generosidad las puertas de vuestros corazones y de vuestras vidas”.

En la homilía, el arzobispo hispalense también ha realizado un llamamiento a la autenticidad de los cofrades que necesita en este momento la Iglesia de Sevilla. Una llamada a la comunión: “Necesitamos cofrades espiritualmente vigorosos y conscientes del tesoro que poseen y de la misión que les incumbe; cofrades orantes y fervorosos, que viven en las cercanías del Señor, que aman a la Iglesia y viven la comunión con ella, con la parroquia, con los sacerdotes, con los obispos y con todos los que buscamos el Reino de Dios; cofrades que tienen corazón de apóstol, que no permiten que su fe se fosilice, cofrades que comparten con sus conciudadanos el tesoro de la fe que han recibido, cofrades que rezuman misericordia, que sirven a los pobres y de los que sufren y que aspiran seriamente a la santidad”.

Contar con estos cofrades “creíbles” es un “imperativo categórico” para todos los miembros de una hermandad, ha remachado Asenjo, poniendo en un segundo plano otros aspectos -también importantes- como las propias procesiones, los culto o los estrenos. “Esto es lo que vuestros sagrados titulares esperan de vosotros en esta efeméride jubilar: que apuntéis a lo nuclear y decisivo en vuestra vida corporativa, en la que, si son importantes vuestros cultos, vuestra convivencia fraternal en la casa de hermandad, vuestras estaciones de penitencia y vuestras largas procesiones, los tocados, los estrenos y la estética, que con tanta profusión destacan los medios de comunicación, lo es incomparablemente más vuestra vida cristiana honda, creyente, orante, fervorosa, fraterna, coherente y ejemplar”, ha insistido.

Tras la celebración eucarística en la Catedral, esta tarde, a partir de las 16:00, la hermandad emprenderá el regreso hasta la calle Pureza, esperándose una gran afluencia de público.

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