"Hoy Triana viene a Sevilla". Juan Espadas dio así la bienvenida al acto de presentación de la exposición Y el verbo se hizo carne. En ella se muestran los nuevos elementos del paso del Cristo de la Expiración de la Hermandad del Cachorro. Marco Talavera, hermano mayor de la corporación trianera, contó que esta cita era "un sueño y una ilusión". Un proyecto que la Junta de Gobierno persiguió desde su llegada. "Muchos me decían que nuestro Cristo era magnífico, pero el paso...", explicó Talavera, que coincidía con esas opiniones sobre las andas que creara Manuel Guzmán Bejarano. "Algo fallaba en ese paso y creamos una comisión de expertos para ver si podíamos mejorarlo", añadió el hermano mayor en la inauguración de la exposición. Dicha comisión estuvo formada por los catedráticos Emilio Gómez, Sebastián Santos, Gabriel Ferreras y Juan Miguel González.

Imaginería, bordado y orfebrería se dan la mano hasta el 14 de febrero en dos salas de la planta baja del Ayuntamiento, que abrió de nuevo sus puertas al arte sacro. Algo que el alcalde tomó como una señal de la progresiva recuperación de la normalidad cultural del Consistorio. "Esta exposición del Cachorro es la antesala de la cuaresma", explicó Espadas, que conoció de primera mano los detalles de las novedosas piezas. José Manuel Girela, comisario de la exposición, fue quien dio esos detalles: "Hemos dispuesto las imágenes tal y como estarán colocadas en el paso". También explicó que los colores de los paneles expositivos, que cuentan con código QR para ampliar información sobre la misma, son los de la bandera de Sevilla en honor al lugar donde se ubica la muestra.

Uno de los nuevos laterales del paso del Cristo de la Expiración.

La exposición contiene ocho nuevas tallas de José María Leal que representan a los cuatro evangelistas (San Lucas, San Mateo, San Marcos y San Juan) y a los cuatro padres de la Iglesia (San Agustín, San Gregorio Magno, San Jerónimo y San Ambrosio de Milán). Las imágenes fueron realizadas en madera de cedro real, estofadas en oro fino y policromadas al óleo según procedimientos tradicionales en los que colaboró el pintor Manuel Peña. Y, en un espacio contiguo, los nuevos faldones y candelabros. Los primeros, bordados por Francisco Carrera, Paquili, utilizan distintas estructuras. Como un galón entorchado perimetral sobre el que se superpone un juego de volutas de forma mixtilínea que se van enroscando de tramo en tramo. Los segundos, que no pierden la línea de los antiguos, son menos voluminosos y fuero hechos en base a una estructura de acero dulce.

Los nuevos elementos muestran con claridad la intención de adaptar el volumen del paso al Cristo de la Expiración. Para ello, han optado por construir un conjunto con forma piramidal para reducirlo volumétricamente con objeto de que destaque aún más la imagen de Francisco Ruiz Gijón. Dicha reducción también afectó a los 16 arcángeles corpóreos de plata cuyas alas se eliminaron en la última intervención. Este cambio lo realizó el tallista Julián Sánchez y su hijo, interviniendo en el dorado Emilio López. Los elementos orfebres los realizó Joaquín Ossorio. En definitiva, una mejora del paso que en el seno de la Hermandad del Cachorro esperan que sea "para mejorar el paso y la visión del Cristo", como comentó su hermano mayor, que pone el colofón a "año y medio de trabajo" con la exposición Y el verbo se hizo carne.