Allá por el siglo XVII era habitual utilizar la mantilla de encaje como prenda de distinción, aunque su uso no se generalizó entre las féminas de la nobleza y la alta burguesía hasta finales del XVIII. Vestirse de mantilla de hilo negro en Semana Santa es costumbre en Sevilla, principalmente, el Jueves Santo, cuando se acude a los templos a adorar al Santísimo en los monumentos instalados. Es sinónimo de respeto ante su Augusta Presencia y también de luto si se emplea el Viernes Santo.
Mantilla
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Su uso no se generalizó entre la nobleza y la alta burguesía hasta finales del siglo XVIII
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