El Palquillo

La Virgen del Rocío viste de celeste en la Inmaculada Concepción

  • Luce las ráfagas de rayos biselados, del siglo XIX y la media luna cerrada

La Virgen del Rocío vestida celeste por la festividad de la Inmaculada Concepción.

La Virgen del Rocío vestida celeste por la festividad de la Inmaculada Concepción. / M. G.

La Virgen del Rocío ha amanecido vestida con sus galas de Reina, a las puertas de celebrarse la festividad de la Inmaculada Concepción. Una fecha de gran significado para la historia de la devoción rociera. Luce las ráfagas de rayos biselados, del siglo XIX y la media luna cerrada. En la pasada noche, las hermanas camaristas han vestido a la Santísima Virgen con la saya que luciera para su venida hasta Almonte, confeccionada a partir de un antiguo manto, datado del siglo XVIII, cuyo brocado de seda se enriqueció con piedras naturales semipreciosas, canutillos y lentejuelas de oro. Ahora, José Manuel Vega Morales ha realizado, además, las sobre mangas y el cuello con piezas de este mismo manto, para completar el terno del traje de Reina.

En celeste, el color propio de este tiempo, la Virgen luce una doble sobre manga y el Niño viste el traje realizado, por encargo de la Hermandad Matriz en 1986, por los hermanos Benítez y pasado en 2011 a nueva seda celeste por José Manuel Vega Morales. El manto, es el original de este traje, cuyo tisú se ha teñido en un azul oscuro. El Pastorcito, que luce el resplandor plateado, a juego con las ráfagas y la corona de Su Madre, estrena un orbe en plata y turquesa, donado por José María Carrasco Sala, quien también ha confeccionado un Rosario para la Virgen. Las flores que lleva son rosas y orquídeas.

El altar de la Virgen del Rocío, ataviada por la festividad de la Inmaculada Concepción. El altar de la Virgen del Rocío, ataviada por la festividad de la Inmaculada Concepción.

El altar de la Virgen del Rocío, ataviada por la festividad de la Inmaculada Concepción. / M. G.

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