Un día para la historia. La Virgen del Rocío de la Hermandad de la Redención será coronada canónicamente el 5 de julio de 2025. Así lo ha anunciado el obispo auxiliar de Sevilla, Ramón Valdivia, al filo de las 22:05 de este lunes, antes de rezar la Salve e impartir la bendición en la misa de reapertura de la iglesia de Santiago. Los hermanos de la Redención han acogido la gozosa noticia con un fuerte aplauso y una traca de petardos.

"Tenemos un anuncio precioso", ha dicho monseñor Valdivia visiblemente contento a los hermanos de la Redención congregados en la iglesia de Santiago para dar a conocer a continuación la esperada fecha de la coronación de su Dolorosa. El obispo auxiliar se ha sumado al aplauso de los hermanos mostrando así su alegría. No por esperada, la buena noticia no ha colmado de dicha a los miembros de la corporación. A partir de ahora, la cofradía del Lunes Santo inicia un bonito camino de preparación hacia la coronación canónica de su imagen titular. La de la Virgen del Rocío es la segunda coronación anunciada en la capital bajo el episcopado de monseñor Saiz Meneses. El año próximo será la de la Virgen de la Piedad del Baratillo.

Monseñor Valdivia durante la ceremonia.

Al anuncio de la coronación, la hermandad ha sumado la reapertura de su iglesia. Un templo lleno de luz y de vida. Sevilla ha recuperado este lunes la iglesia de Santiago el Mayor en todo su esplendor. Tras una profunda restauración que ha durado más de dos años y una importante inversión económica, la sede canónica de la Hermandad de la Redención ha reabierto en una celebración presidida por monseñor Ramón Valdivia, obispo auxiliar de Sevilla, en la que se ha bendecido el inmueble tras la intervención. Las actuaciones más importantes se han efectuado en las cubiertas y en el rebaje en el acceso de la Plaza de Jesús de la Redención (antigua de López Pintado) para salvar el desnivel que existía entre la iglesia y dicho espacio público, lo que dificultaba la salida de la cofradía y el acceso de personas con movilidad reducida.

La iglesia de Santiago, cuyo culto cristiano data de la época de Alfonso X, se ha llenado de hermanos y devotos para participar en la celebración y admirar el remozado aspecto que presenta tras la ambiciosa recuperación. Al oficio religioso han acudido el alcalde, José Luis Sanz; el delegado de Fiestas Mayores, Manuel Alés; el delegado de Patrimonio Cultural del Arzobispado, Antonio Rodríguez Babío; el decano de la facultad de Bellas Artes, Daniel Bilbao; el presidente de la Hermandad Matriz del Rocío, Santiago Padilla; el vicepresidente del Consejo, José Roda; o el secretario de la institución y ex hermano mayor de la Redención, José Carretero, entre otros. Aunque la intervención ha sido global, tres son los aspectos que más han llamado la atención. El renovado acceso a la plaza, la cubierta interior, y el presbiterio, con unas pinturas murales restauradas y el regreso a su ubicación original del cuadro de Santiago Apóstol en la batalla de Clavijo, una obra de Mateo Pérez de Alesio fechada entre 1584 y 1588.

Un momento de la celebración religiosa.

En su homilía, monseñor Valdivia ha destacado la labor de la hermandad, especialmente el encomiable esfuerzo realizado para restaurar la iglesia, y ha ensalzado la idea de abrir las puertas a todos: "Esta apertura es una invitación, como la del Señor".  En esta misma línea el hermano mayor, Manuel del Cuvillo, ha destacado la dimensión diocesana de la intervención realizada: "La Iglesia de Sevilla recupera un lugar de culto y redescubre su historia".

El alcalde, José Luis Sanz, ha acudido a la reapertura.

Un origen almohade

Además de acabar con las terribles filtraciones y dar un nuevo lustre a retablos y alteres, los trabajos arqueológicos han servido para constatar el origen almohade del templo. Se trata de un edificio fundacional (una posible mezquita) sobre el que se adosaron en siglos posteriores el resto de estructuras. La cristianización del edificio aconteció en 1274, cuando se donó el inmueble a la Orden de Santiago. Como señal de su sacralización, se colocó una columna en una de las esquinas de la construcción existente. Este elemento se ha encontrado en la capilla mudéjar, de ahí que un fragmento de la misma haya quedado ahora a la vista.

Un momento de la celebración.

Una nueva ampliación se acometió entre los siglos XIV y XV, tras un terremoto en el que el templo sufrió importantes daños, como otros muchos en la ciudad. Se elevó la altura y se construyó la capilla mudéjar, donde destaca la bóveda de lacería policromada, en la que tras una limpieza superficial se han descubierto elementos geométricos que cubrían los paños interiores con tonos ocres, negros, blancos y rojizos. Otro terremoto provocó una nueva intervención en los siglos XVI y XVII. En ella, se cambió la orientación del altar mayor, que pasó a estar en la ubicación actual, mientras el coro se instaló en el ábside anterior. Ya en los siglos XVIII y XIX se elevó la nave central con vigas de madera y se construyó la pequeña espadaña con su cuerpo de campanas.