Antonio Cattoni y la “Esperanza especial” de su pregón

La Basílica de María Auxiliadora acogió el pregón número cincuenta de este acto

Antonio Cattoni pronunciando su pregón de la Esperanza
Antonio Cattoni pronunciando su pregón de la Esperanza

Un texto profundísimo, una voz inconfundible y un entorno inmejorable. El periodista Antonio Cattoni pronunció en la noche de este viernes el L Pregón de la Esperanza, una cita imprescindible del circuito cofradiero y que se revestía de gala en esta ocasión.

Nadie pestañeó durante los aproximadamente cuarenta minutos de intervención. Y es que Cattoni se valió del valor universal de la Esperanza para trazar diversas reflexiones cargadas en ocasiones de un alto componente social, especialmente en las referencias al Polígono Sur o a una Sevilla que más que una ciudad ya se ha vendido a un "turismo de experiencia", y donde ya solo encontramos en imágenes como la Divina Enfermera.

De la mano de cada una de las imágenes, Cattoni soportó su discurso en varios capítulos o episodios históricos donde la esperanza es denominador común: el zulo toledano de San Juan de la Cruz, el asesinato del padre Aplas, los niños expósitos y las madres que ansían reencontrarse con ellos, o incluso la frase que reza en la estatua de Machín para referirse a la Virgen de Gracia y Esperanza, esa "Virgen Niña de San Roque sonoramente espontánea".

Valiente fue la exposición sobre la Macarena y el "miedo de perder para siempre su rostro", apoyándose en las palabras de la Virgen a San Juan Diego en las apariciones de Guadalupe, para rematar diciendo: "¿Contigo quién dijo miedo? ¡Que viva la Macarena!". Cerró el pregón con otro ramillete de romances dedicados a la Trinidad.

El acto, amenizado por La Oliva de Salteras, contó con la participación de todas las hermandades de la Esperanza, el presidente del Consejo, la Delegada de Cultura, el director espiritual don Miguel y el hermano mayor electo de la Macarena, Fernando Fernández Cabezuelo.

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