Primer sábado de Cuaresma. En el horizonte, seis más hasta el 8 de abril, Sábado Santo, día en que está prevista la celebración de la décima edición del Santo Entierro Grande, la procesión general de la Semana Santa originaria de 1850 y que se conmemora en este 2023 con motivo del 775 aniversario de la restitución del culto cristiano en Sevilla. En entradas anteriores trazábamos algunas particularidades o características de cada una de las tres primeras ediciones: 1850, 1854 y 1890. Nos detenemos ahora en el cuarto Santo Entierro Grande: el de 1898, considerado como uno de los años más catastróficos de la historia reciente de España. 

Fragmento de El Noticiero Sevillano el Martes Santo de 1898

Aquel Santo Entierro Grande se celebró un 9 de abril, Viernes Santo (el Sábado Santo ni existía ni se le esperaba). Fue una procesión generosa en participación: hasta once pasos acudieron en calidad de invitados a esta procesión, que quedó conformada de la siguiente manera: la Cena, Montesión, el Prendimiento, La Amargura, Macarena, Coronación de Espinas, Cigarreras, Gitanos, Calvario, Quinta Angustia y Soledad de San Buenaventura. También, como apunte novedoso, por primera vez esta procesión partió desde la iglesia de San Gregorio, sede actual de la cofradía del Santo Entierro. 

Según recogen las crónicas de la época, el cortejo de cada paso invitado lo conformaban el "Hermano mayor, dos conciliarlos, portaestandarte de la cofradía, dos nazarenos de vara, dos diputados canastilleros, otros dos de bocinas, De diputado de gobierno y parejas de nazarenos hasta completar 24. Las hermandades que no concurran con pasos de misterios enviarán solamente una comisión de cofrades.” Así se recoge en El Noticiero Sevillano del 5 de abril de 1898, Martes Santo. 

El caso del Calvario

En aquel Santo Entierro Grande se estrenaron dos imágenes titulares que, a excepción de una de ellas, no ha vuelto a repetir: el Señor de la Salud de la Hermandad de Los Gitanos y el Santísimo Cristo del Calvario, invitado nuevamente a participar en la edición de este 2023. Por aquel entonces, y tras su reciente reorganización en el año 1886, la Hermandad del Calvario residía en San Ildefonso, templo que ocupó hasta el año 1908, cuando se traslada curiosamente a la iglesia de San Gregorio. La primitiva hermandad de los Mulatos procesionaba el Miércoles Santo y sería un año después al que nos referimos en este artículo, en 1899, cuando procesionaría por primera vez en la Madrugada del Viernes Santo. 

El Cristo del Calvario a finales del siglo XIX

Indagando en la página web de la cofradía, encontramos una fotografía que bien puede servirnos de soporte gráfico para imaginar, casi con toda exactitud, cómo participó el Santísimo Cristo del Calvario en el Santo Entierro Grande de 1898. Lo hizo solo -en 1895 estrenó un paso neogótico y la Virgen ya procesionaba bajo palio-, acompañado sencillamente de cuatro faroles en las esquinas. Los candelabros de guardabrisas llegarían después de 1898, por lo que esta imagen que acompaña el texto se acerca, con acreditada verosimilitud, a aquel Viernes Santo de 1898 en la iglesia de San Ildefonoso, hace ya 125 años.