Será este viernes, el quinto de cuaresma y en Alcalá del Río. La Virgen de los Dolores en su Soledad coronada saldrá bajo un antiquísimo palio, de ocho varales, y lo hará como prólogo de sus cultos anuales. Pero esta procesión -conocida como la Bajada- será muy distinta a la de años anteriores, puesto que saldrá y entrará en la parroquia del municipio sevillano, la de Santa María de la Asunción, al estar la sede canónica de la hermandad (la Capilla de San Gregorio Osset) en obras. 

El quinto viernes de cuaresma se tiñe de color morado en la antigua Ilipa Magna. La Virgen de los Dolores baja para celebrar su septenario. Dicha procesión recibe tal nombre por la diferencia de altura que existe entre su residencia canónica habitual y el templo principal del pueblo. Sin embargo, este año las circunstancias harán que el numeroso cortejo de mujeres con hachetas que preceden el pequeño paso de la Dolorosa tenga el mismo punto de partida y regreso. 

A las 22:00 saldrá la cruz de guía de la parroquia para recorrer un itinerario inusual: Hermanos Marchante, Plaza del Calvario, Reyes Católicos, Cristóbal Colón, Plaza de España, Ilipa Magna, Perpetuo Socorro, la Sacristía, Plaza del Calvario, Hermanos Marchante y entrada en la parroquia. 

Calas y portada a hombros

El antiquísimo paso en el que la Virgen de la Soledad sale para esta procesión.

La Virgen de los Dolores sale en un paso antiquísimo, con piezas -de orfebrería y bordado- la mayoría de las cuales datan del siglo XVIII y XIX. Es  portado a través de dos largas maniguetas en los costeros de las andas por hombres vestidos con la túnica que conforma el hábito penitencial del Viernes Santo, cuando sale la cofradía. En ella destaca la característica gola del cuello. El paso va adornado con calas que siembran las soleanas en sus casas para regalárselas a su Virgen esta jornada. Una auténtica reliquia del tiempo que acentúa la antigüedad de esta imagen sagrada, en la que destaca su acusado hieratismo. 

Esa procesión antecede al septenario que se celebrará -con un fastuoso altar de cultos- desde el sábado siguiente a la Bajada al Viernes de Dolores, cuando concluya con función principal de instituto, ofrenda de flores y caridad y besamanos (ya por la tarde). 

La vuelta a San Gregorio

El extenso cortejo de soleanas con hachetas que conforma esta procesión.

El Domingo de Ramos comenzará, también a las diez de la noche, la procesión de Subida. En esta ocasión la entrada sí será en la Capilla de San Gregorio Osset, donde ya habrá concluido la primera fase de las obras de restauración que se acometen los últimos meses. Por tal motivo, además de la Virgen de los Dolores, se trasladará en otras andas al Señor de la Misericordia, el cristo yacente y titular de la hermandad. 

El Viernes Santo tendrá lugar la estación de penitencia desde San Gregorio a la parroquia, con los portentosos pasos que posee la corporación alcalareña para esta jornada. Tras el ancestral acto del Descendimiento, la cofradía volverá a su sede canónica.

Ya en la Pascua Florida las sagradas imágenes regresarán a la parroquia hasta que concluya la segunda fase de los trabajos en la referida capilla (uno de los templos más antiguos de la provincia). Será, por tanto, la de este viernes un Bajada histórica y que recuerda a la que ya se vivió a principios de este siglo, cuando la que se encontraba en obras era la parroquia. En aquel entonces, esta procesión tan peculiar salía y entraba de San Gregorio, donde se celebró varios años el septenario.