El Palquillo

Una calle como antesala del Cielo

  • SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ. Se escribe Santa Ángela, pero su marcada cacofonía hace que en el habla sevillana de toda la vida se diga Sor Ángela cuanto se refiere a esta calle

Imagen habitual de una calle en la que forma parte de su paisaje. una pareja de monjas camino de hacer el bien.

Imagen habitual de una calle en la que forma parte de su paisaje. una pareja de monjas camino de hacer el bien. / RUESGA BONO

Como la plaza Jesús de la Pasión se conoce por Plaza del Pan, la calle Santa Ángela de la Cruz sigue nombrándose Sor Ángela y es por el mero hecho de no caer en el molesto pecado de la cacofonía. Estamos en una calle de singular importancia dentro de la gran ópera urbana que es la Semana Santa según Sevilla. Y lleva el nombre de la santa sevillana porque ahí es donde se encuentra la casa de las Hermanas de la Cruz, la orden que ella creó.

Esta vía arranca en la confluencia de la Plaza de San Pedro con Imagen, llega hasta la calle Gerona y sus primeras noticias datan de 1499, cuando era conocida como Ancha de San Pedro. Así es en el siglo XVI, pero ya en 1613 es nombrada como Alcázares. En ella tenía su casa solariega la familia Alcázar, precisamente donde hoy se ubica el convento de las Hermanas de la Cruz. Es la casa número 4 y la que sigue, dándole importancia a la calle por el peregrinar de personas que visitan el convento al señuelo de ver el cuerpo incorrupto de Madre Angelita.

El convento de las Hermanas de la Cruz le proporciona a esta vía un tinte especial Cuando se haya hecho la amanecida ver a la Macarena ante las monjas es magnífico

El nombre de Alcázares lo mantiene hasta 1932, en que el Ayuntamiento, en plena República, acuerda rotular la calle con el nombre de Sor Ángela. Santa Angela de la Cruz (1846-1933), santa muy querida, especialmente en Sevilla, fue fundadora en 1875 de la congregación religiosa Hermanas de la Compañía de la Cruz en Sevilla, de extraordinaria labor social. En 1893, el papa León XIII aprueba la compañía y a partir de ahí la congregación se extiende hasta nuestros días con más de cincuenta conventos y unas mil hermanas repartidas por España, Argentina e Italia. La Santa sería beatificada por Juan Pablo II el 5 de noviembre de 1982, y proclamada santa el 4 de mayo de 2003.

Se da la circunstancia de que para que no se perdiese el nombre de Alcázares, cuando se le cambia para denominarse Sor Ángela se desposeyó de su nombre a la llamada Coliseo y que ahora es la actual Alcázares. La calle tiene dos afluentes callejeros por su izquierda y son las calles Alcázares y Jerónimo Hernández. Es ancha en su arranque junto al muro lateral de la Parroquia de San Pedro para estrecharse a la altura del número 11, donde se ubica el colegio San Francisco de Paula. En este caserón estuvo asentado durante el siglo XIX el Real Colegio de Farmacia de San Antonio de Padua.

En ese arranque se halla un jardincillo en honor de Santa Ángela con una escultura pétrea de la religiosa y se continúa con el muro trasero del convento de Santa Inés, que ocupa toda la acera diestra hasta el cruce con Alcázares para volver a ensancharse hasta el final. La apertura de la calle de Jerónimo Hernández en 1879 debió contribuir considerablemente a ese ensanche de la misma forma que el derribo de Imagen en los cincuenta fue la causa para que el arranque ganase en amplitud.

Sin duda alguna, el ADN de esta calle es que en ella se ubica el convento que fundó Madre Angelita y que se ubica en el número 4. Tras haber sido la casa de la potentada familia Alcázar y lugar donde nació el poeta Baltasar de Alcázar, pasó a propiedad de los condes de Miraflores de los Ángeles, los padres del poeta y ganadero Fernando Villalón, que nació en dicha casona el año de gracia de 1861.

Según el eximio cronista de la ciudad que fue Santiago Montoto, en esta calle hubo dos teatros que tuvieron una presencia efímera, uno en el siglo XII y otro en el XIX. En una de sus casas nació un amigo preclaro de Gustavo Adolfo Bécquer, el escritor Narciso Campillo. También fue vecino de esta vía el poeta ultraísta Rafael Lasso de la Vega, que nació en ella en 1890 y en la que vivió hasta que emigró en busca de éxito a Madrid en 1908.

Sin duda, la calle luce cierta monumentalidad, sobre todo en el arranque. Esa iglesia de San Pedro en que recibió las aguas del Jordán el monumental genio de la pintura Diego Velázquez. Iglesia gótico-mudéjar del siglo XIV y que sirve de sede a la Hermandad del Cristo de Burgos y Madre de Dios de la Palma. En su grandiosidad, la calle registra como punto culminante el silente discurrir de una pareja de monjas hijas de Sor Ángela camino de hacer el bien en cualquier hogar de Sevilla.

Y en lo que significa esta calle para la Semana Santa sevillana hay que recalcar cómo se vive el paso de la Amargura el Domingo de Ramos o el de la Macarena en esta mañana de Viernes Santo por el convento. Debe ser un anticipo de lo que debe ser el Cielo, con esas hijas de Madre Angelita cantándoles a coro. Son dos momentos culminantes en el contexto general de nuestra gran fiesta.

Y lo que nos coge más próximo es el paso de la Esperanza por ahí camino de la Macarena. Las Hermanas de la Cruz amadrinaron la Coronación de la Esperanza y delegaron en una jovencísima Inmaculada Rodríguez Guzmán, felizmente casada con el gran poeta y macareno insigne Joaquín Caro Romero. Si el Cielo existe, el parecido más fidedigno debe ser el de la nube de tocas blancas cantándole la Salve a la auténtica Madre de Dios, la Esperanza Macarena. Será poco después de la amanecida, no se lo pierda porque le pesará. Calle Sor Ángela o Santa Ángela, como guste mandar, pero no falte a lista, me lo agradecerá.

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