CYRTA atribuye a Patrocinio López el manto decimonónico de la Virgen de la Antigua de Santa Cruz
Restauración
La hermandad presentó este pasado martes el resultado de la restauración de esta interesante pieza
Pudo ser realizada entre los años 1850 y 1880, si bien fue adquirida al taller de Carrasquilla en los noventa
Ya hay fecha para el estreno del nuevo manto de salida de la Virgen de Consolación de la Sed

Una excepcional pieza que recupera su estado primigenio y que arroja más luz sobre sus orígenes. La hermandad de Santa Cruz presentó en la tarde de este martes la restauración del manto decimonónico de la Virgen de la Antigua, trabajos realizados por la empresa de restauración CYRTA. Los técnicos restauradores, Pablo José Portillo y Pablo Pérez, desarrollaron primeramente las conclusiones de las investigaciones y estudios que han llevado a cabo, de forma paralela a la restauración, así como los pormenores de la misma.
En cuanto a las primeras apuntaron que, pese a que el manto se adquirió al taller de Carrasquilla en torno al año 1995, las características estilísticas y técnicas permiten ubicar su factura entre los años 1850 y 1880. Además, dadas las claras analogías entre este manto -que felizmente conserva su terciopelo original- y piezas ejecutadas por Patrocinio López, como el manto de la Virgen de los Dolores de la Puebla de Cazalla (1881), el manto de la Virgen del Rosario de Benacazón (1850-1870) o el de la Virgen del Carmen de Santa Catalina (1880-1881), plantearon y justificaron una posible hipótesis de autoría por parte de esta maestra bordadora.
Tras repasar las técnicas y materiales con que se ejecutó (los análisis científicos de los bordados detectaron el uso de hilos de plata de alta pureza con un recubrimiento de oro) pasaron a exponer los daños con que llegó el manto al estudio de restauración. "Si una obra de arte pictórica o escultórica es intervenida actualmente por un restaurador, formado profesionalmente, que trabaja sujeto a unos criterios de restauración, la restauración de este manto no podía ser menos", refirió Portillo en alusión a los criterios que se han tenido presente en todo momento al realizar los trabajos. Por esto, pese a ser una pieza cuya funcionalidad es vestir a la Virgen de la Antigua, este manto es una obra de arte de por sí por lo que en su restauración se han tenido presentes los criterios de conservación, respeto por el original, mínima intervención y reversibilidad de materiales y técnicas, tal y como así exigen las distintas instituciones internacionales que se encargan de velar por la preservación del Patrimonio Cultural.
En cuanto a la restauración propiamente dicha, repasaron mediante fotografías y vídeos los distintos tratamientos realizados donde expusieron la complejidad que ha supuesto el tratamiento del soporte de terciopelo, pues el desgaste del mismo provocaba un aspecto que, estéticamente, desvirtuaba su correcta lectura. Además, y siendo conscientes del uso y funcionalidad tan específica que este tipo de piezas poseen, los restauradores han aportados distintas soluciones como refuerzos internos que permiten una mejor y correcta manipulación del manto en los momentos en los que esté en uso.
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