La Semana Santa de Sevilla está hecha de muchos materiales. El mimbre es, sin lugar a dudas, uno de ellos. Aunque para ver el canasto haya que elevar la mirada si lo que se busca es el paso, también podemos hacerlo hacia abajo, explorando lo que ocurre casi a ras de suelo. Cerca de los adoquines están los caramelos y las estampitas. Los monaguillos llenos de ilusión con un pequeño canasto de mimbre. Repartiendo fe sin pedir nada a cambio. Mostrando la generosidad más espontánea y dulce.