Esos los Viernes Santo que gustan y enamoran a los hermanos de la Hermandad del Cachorro. Jornadas radiantes en las que el sol brilla con fuerza y baña a la cofradía cuando se dirige por el puente de Triana hacia Sevilla. El joven acólito se procura la sobra con el cirial. Los costaleros, esperando el relevo, buscan con su mirada al portentoso Cristo de la Expiración, el Cachorro que va conquistando los corazones y derramando los sentimientos por las calles de Sevilla.
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