El Patio de los Naranjos del Salvador

La Fototeca de Martín Cartaya

De patio de una mezquita aljama a depósito de cruces penitenciales y polleros metálicos para dar volumen a los mantos de las dolorosas

El Patio de los Naranjos del Salvador en una cuaresma de antaño, con los polleros para los mantos.
El Patio de los Naranjos del Salvador en una cuaresma de antaño, con los polleros para los mantos. / Jesús Martín Cartaya
Álvaro Pastor Torres

15 de marzo 2023 - 06:10

De sahn o patio de una mezquita aljama en la Isbiliya del siglo X a depósito de cruces penitenciales y polleros metálicos para dar volumen a los mantos de las dolorosas. De Abderramán II a Fernando III El Santo. De Umar Ibn Adabbas a Leonardo de Figueroa. Del incendio de los vikingos al derribo de la antigua fábrica colegial en 1671. De la prédica del jatib a los sermones de los padres Cué o Benítez Carrasco. De la llamada a la oración por el almuédano al repique de las campanas en las grandes festividades. Del imán al ocurrente y eterno coadjutor Francisco Romero de la Quintana "Don Francisquito" o al padre Polo. De las abluciones o limpieza ritual del fiel musulmán a la no menos limpieza ritual de la plata de un pasopalio en las tardes azules de marzo y las noches tibias de la cuaresma, entre el rumor del agua de la fuente y el murmullo lejano de la vida que pasa por la calle de Alcuceros entre escaparates de zapatos y olor a incienso. De capiteles y columnas de acarreo rebajados en altura por el inexorable paso del tiempo y las arriadas de un río mucho más cercano al cubo con la cal de Morón para tener a punto la casa cuando lleguen los días grandes de la ciudad.

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