Cuando el pintor Joaquín Sorolla retrató en sus lienzos el Jueves Santo de Sevilla

Joaquín Sorolla estuvo en Sevilla en 1914 con motivo de un trabajo encargado por el magnate Milton Huntington

En concreto realizó sendos lienzos de la Virgen del Valle y la Virgen del Rosario de Montesión

El palio de la Virgen del Valle según Sorolla
El palio de la Virgen del Valle según Sorolla

No se pierdan en estos días, si tienen ocasión, la exposición que acoge la Fundación Cajasol acerca de la obra pictórica cofradiera de Dani Franca, cartelista de la Semana Santa de Sevilla de 2023. Su concepto y concepción del paso de palio de la Estrella permanece invariable, esquivo y frágil en lo más profundo de nosotros, y cuando uno se sitúa frente a frente con él cree percibir el eco de las bambalinas, el chasquido metálico de los varales, las salpicaduras de cera en el pecho y en el asfalto...

Es una de las claves de la pintura de Dani: la deformación de las líneas, los dibujos y los contornos para evocar la trascendencia de las atmósferas y las luces, más que la claridad de la propia visión. Este recurso, heredado del impresionismo francés, lo aplicaba también en sus obras el valenciano Joaquín Sorolla, icónico y prolífico pintor español cuya pintura se sumerge en lo sensitivo y sensorial, en lo ideal e imaginado, en el paisaje y en lo envolvente.

En el año 1914, un señor llamado Archer Milton Huntington, enamorado de las costumbres y la cultura hispánico-portuguesas, encargó a Sorolla la confección de una serie de lienzos para decorar las salas de la hoy tan prestigiosa Hispanic Society de Nueva York. Sorolla recala en la capital andaluza aquella primavera e, impresionado y fascinado por la majestuosidad de los pasos de palio, decide retratar dos de ellos, unas obras que afortunadamente hoy se conservan en la ciudad que nunca duerme y que nos sirven para comprender no solo la intención del pintor sino las cofradías del momento.

Los nazarenos
Los nazarenos / Joaquín Sorolla

En la obra Los nazarenos, quizás la más conocida, Sorolla crea su propia cofradía, pero el palio es perfectamente reconocible: se trata de la Virgen del Rosario de Montesión (aunque él la titula como Virgen del Valle), con el palio primitivo de Elisa Ribera, acompañado por unos nazarenos que parecen ser de la Carretería por el escudo de Santiago en el pecho. Además, acompañan la escena personajes típicos del momento mientras el paso discurre por una calle cualquiera que bien pudiera ser Feria o Conde de Torrejón.

Pero la obra "sevillana" de Sorolla no permanece ahí. Al igual que con la dolorosa de la Plaza de los Carros, el pintor se detuvo especialmente en el paso de palio de la Virgen del Valle, que retrató de manera lateral y difuminando por completo cualquier línea o diseño, restándole realismo a la obra y centrándose, nuevamente, en el concepto de una atmósfera viva y cambiante, febril y nostálgica, que rehúye de exactitudes pero permanece clavada en la memoria de todos nosotros.

El palio de la Virgen del Valle
El palio de la Virgen del Valle / Joaquín Sorolla

Así lo percibiría el propio Joaquín Sorolla. Porque al fin y al cabo la Semana Santa posee un potente carácter fantasioso e idealista que modula nuestra propia memoria. Por eso siempre la esperamos: para recordarla y revivirla tal y como es.

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