Las redes de la nostalgia

La muerte en vida, entre el cielo y la tierra

  • En Triana se refleja desde 1682 la unión entre lo terrenal y lo divino

Basílica del Cachorro el Viernes Santo desde una azotea

Basílica del Cachorro el Viernes Santo desde una azotea / PABLO LASTRUCCI

Sevilla amanecía con la habitual resaca de una noche de emociones. Las hubo, aunque sin pasos en las calles. En las casas, velas encendidas iluminando una noche oscura y vacía: la Madrugá del Viernes Santo. Con las primeras luces, y los habituales cielos nublados del Viernes por la mañana, no se despachaban calentitos ni copas de anís para levantar los cuerpos cansados. Poco a poco, la tarde se iba abriendo a ese cielo que recorta siluetas en el Puente de Triana, cuando pasan las dos embajadas trianeras de la calle Castilla.

Este año no. El mundo vive su 'hora nona', y el día en que Sevilla pasea corbatas negras y mantillas, se convierte en luto generalizado, no sólo por la muerte de Dios Hijo, sino por las víctimas de una pandemia devastadora que asola a medio mundo. Mientras en Bustos Tavera la Virgen abraza a su hijo descendido de la Cruz, son miles los que no pueden dar el último beso a un ser querido.

El mundo camina entre la vida y la muerte, y cuánto saben de eso en el 182 de la calle Castilla, donde desde 1682, un Hombre reta al cielo cada primavera para quedarse siempre en la Tierra. Allí donde hoy la luz de su cúpula brilla con más fuerza, diciendo sin palabras: sigo aquí. En los ojos del Cachorro está la Semana Santa: Pasión, Muerte y Resurreción.

Desde las azoteas, estos días se cuentan espadañas. Como lanzas en alto; como los altos capirotes que apuntan al cielo, diciéndole a Dios que aquí seguimos para cumplir su voluntad. Una Semana Santa que existió, además de en la liturgia, en lo que ocurrió en nuestros adentros. Una Semana Santa de templos cerrados y corazones abiertos: de muerte en vida. Como aquel Dios que mira al cielo y se entrega, y se muere pero no muere, y por nosotros vive eternamente. Fue Viernes Santo, y todos vimos al Cachorro.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios