El Palquillo

Así son las procesiones de la Semana Santa de Sevilla

Este 2023 se celebrará una nueva edición del Santo Entierro Grande

Este 2023 se celebrará una nueva edición del Santo Entierro Grande / José Ángel García

La Semana Santa en Sevilla es, sin temor a equivocarnos, la fiesta capital de la ciudad. Por su historia, su permanencia temporal, su riqueza y, por supuesto, su participación. Miles de sevillanos están presentes, de una manera u otra, en esta manifestación de religiosidad popular, heredada durante siglos y que ha conformado un todo de riqueza incalculable: en lo social, lo antropológico, lo devocional, lo artístico….

Durante diez días, contando Viernes de Dolores y Sábado de Pasión, la ciudad se transforma por completo: se ausenta de su día a día y todo tipo de personalidades, caracteres y clases se citan en un mismo espacio, igualándose y compartiendo vivencias, experiencias y emociones sin ningún tipo de distinción.

La Semana Santa como tal, y muy grosso modo, echa raíces a mediados del siglo XVI, cuando los primeros cofrades se reúnen para meditar y conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo pero de manera muy primitiva: realizando estaciones de penitencia a diferentes lugares de la ciudad.

El cortejo lo componían flagelantes -en caso de hermandades de sangre- o fieles tal cual, en las hermandades de luz. Todo cambiará de manera fundamental con la llegada de la Reforma de Lutero y el Concilio de Trento, el movimiento contrarreformista de la Iglesia, que impulsa la representación iconográfica de la Pasión de Cristo para una mayor y mejor comprensión de los fieles, es decir: una catequesis visual y plástica que les ayudase a comprender los pasajes pasionistas.

La Hermandad de los Negritos se funda en 1393 La Hermandad de los Negritos se funda en 1393

La Hermandad de los Negritos se funda en 1393 / Juan Carlos Muñoz

De este modo surgen las primeras cofradías tal y como las conocemos a día de hoy, si bien ya existían en la ciudad algunas hermandades más primitivas, como Los Negritos, la Vera Cruz, el Silencio o el Crucifijo de San Agustín, que mantuvieron pleitos entre ellas por cuestiones de antigüedad y preeminencia. El esplendor y configuración de la fiesta, más o menos como hoy la conocemos, se configura a finales del XVI y principios del XVII, cuando el arte barroco sirve de apoyatura esencial para la creación de las primeras imágenes procesionales. Jerónimo Hernández, Bautista Vázquez el Viejo, los Ocampo y, por supuesto, Martínez Montañes y Juan de Mesa.

A partir de entonces, las cofradías fueron hijas de su tiempo y, como entes sociales, hubieron de adaptarse a las históricas que atravesaron: epidemias (algunas se extinguieron), relaciones complejas o amables con la monarquía, los años lánguidos del siglo XVIII y la presencia de las ideas ilustradas y un siglo XIX dividido entre la incertidumbre de sus inicios y la eclosión luminosa e internacional de la Semana Santa a finales de la centuria decimonónica.

La Vera Cruz sirvió de ejemplo para las demás que tomaron esta advocación en el mundo La Vera Cruz sirvió de ejemplo para las demás que tomaron esta advocación en el mundo

La Vera Cruz sirvió de ejemplo para las demás que tomaron esta advocación en el mundo / José Ángel García

Por supuesto, el siglo XX marcó un antes y un después en la historia de la Semana Santa -y de nuestro país-: la Guerra Civil arrasó con el patrimonio de algunas hermandades que se vieron obligadas a resurgir de sus cenizas. Nombres como Rodríguez Ojeda, López Farfán o Castillo Lastrucci modelaron una Semana Santa novedosa que respondía a las necesidades de su tiempo. A día de hoy, tras casi medio siglo de democracia, la Semana Santa experimenta un momento de esplendor sin precedentes: las cofradías están saneadas, con participación masiva y vertebradoras de la sociedad, que en ocasiones la confunde con un espectáculo consumista, quizás el mayor “peligro” al que se enfrenta la fiesta junto a la pérdida de naturalidad y popularidad.

La Semana Santa de Sevilla la componen 71 hermandades de penitencia. Las que procesionan el Viernes de Dolores y Sábado de Pasión realizan sus estaciones por sus barrios, mientras que de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección la Catedral se convierte en epicentro de todas y cada una de las cofradías.

La Carretería es cofradía paradigmática del siglo XIX La Carretería es cofradía paradigmática del siglo XIX

La Carretería es cofradía paradigmática del siglo XIX / Juan Carlos Vázquez

Tras salir de sus respectivos templos, los cortejos se dirigen a la Carrera Oficial, cuyo inicio es la Plaza de la Campana, hasta desembocar en la seo metropolitana. Una vez finaliza su estación, regresan a sus sedes canónicas. Miles de nazarenos, desde diferentes partes de la ciudad, acompañan a sus imágenes con sus túnicas. La Macarena, El Gran Poder, San Gonzalo o San Bernardo son las cofradías que cuentan con mayor número de nazarenos, con más de dos mil cada una de ellas.

Todos los días hay procesiones, desde primera hora de la tarde hasta entrada la madrugada. Por ejemplo, las hermandades de San Pablo o el Cerro del Águila recorren varios kilómetros en sus estaciones de penitencia y superan las doce horas de recorrido. Otras como la Sed o Santa Genoveva también se suman a los cortejos con alrededor de seis kilómetros de distancia. Por el contrario, las cofradías que menos tiempo están en la calle son las de Santa Marta, el Santo Entierro y el Silencio, muy cercanas a la Carrera Oficial.

La Hermandad de la Sed es la que más horas está en la calle La Hermandad de la Sed es la que más horas está en la calle

La Hermandad de la Sed es la que más horas está en la calle / Juan Carlos Vázquez

La Semana Santa de 2023 está marcada por la gran reforma de horarios e itinerarios que planteó el Consejo de Hermandades el pasado otoño para solucionar algunos problemas logísticos y prácticos que presentaba el discurrir de la Semana Santa en un casco histórico donde confluyen cientos de miles de personas en un reducido espacio de tiempo.

Los días más afectados por la reforma son el Domingo de Ramos (la Hiniesta será la tercera en la nómina, la Paz la quinta y la Amargura la séptima) y el Miércoles Santo, cuya gestión originó numerosos comunicados y cruces de declaraciones entre las cofradías. Este día, el Buen Fin será la segunda y cerrará la jornada en Carrera Oficial el Cristo de Burgos. El Martes Santo se mantiene como en 2022 y en el Jueves Santo también habrá ligeros reajustes como el cambio del Valle al cuarto lugar. La Madrugada, la jornada más mediática, solo experimentará un cambio puntual: el Gran Poder irá por Santas Patronas a la vuelta y la Esperanza de Triana por Zaragoza para evitar que se crucen.

La cofradía del Silencio cuenta con reglas de, al menos, 1356 La cofradía del Silencio cuenta con reglas de, al menos, 1356

La cofradía del Silencio cuenta con reglas de, al menos, 1356 / Juan Carlos Vázquez

Además, esta Semana Santa contará con un aliciente de envergadura histórica: la celebración del Santo Entierro Grande, que tendrá lugar el Sábado Santo. Hasta quince pasos de diferentes cofradías participarán en la estación de penitencia de la Hermandad del Santo Entierro durante su discurrir por la Carrera Oficial, con sus correspondientes traslados.

Se trata de la décima edición de esta procesión magna, desde su primera convocatoria en 1850. Este año se celebra con motivo del 775 aniversario de la restitución del culto cristiano en la ciudad. Un año muy especial por diferentes circunstancias y que los sevillanos toman con especial énfasis y entusiasmo: se trata de la primera Semana Santa de total normalidad tras la pandemia de coronavirus, una etapa por desgracia histórica de la fiesta mayor de la ciudad de Sevilla. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios