Entre las imágenes que tenemos en los templos y que no salen en procesión, admiramos el Cristo de la Buena Muerte, talla atribuida a Andrés de Ocampo en 1592. Se encuentra en Omnium Sanctorum, en un magnífico retablo barroco del año 1690 situado en la cabecera de la nave de la epístola. Procede de la parroquia de Santa Ana dónde era conocido como Cristo de la Venia. A la iglesia de la calle Feria llegó en los años 40 tras la restauración realizada al templo. En febrero de 2006 salió por los alrededores de la feligresía en solemne vía crucis.