Una provincia bajo el antifaz

Prolegómenos. Los ritos previos en Carmona y Alcalá del Río

  • La Virgen de los Dolores de Carmona y la de Alcalá del Río protagonizan en vísperas de los días santos dos procesiones que se caracterizan por las estéticas antiguas que predominan en ellas

Una larga fila de mujeres soleanas, con hachetas, precede el paso de la Virgen de los Dolores, de Alcalá del Río.

Una larga fila de mujeres soleanas, con hachetas, precede el paso de la Virgen de los Dolores, de Alcalá del Río. / Blog Soledad de Alcalá del Río

Nace esta sección con el objetivo de recordar a los lectores, en esta Semana Santa huérfana de cofradías en la calle, la riqueza devocional y patrimonial que atesora la provincia de Sevilla, donde muchos de sus municipios mantienen actos que en la capital hispalense se perdieron habida cuenta de la rigidez de horarios y por la ortodoxia que fueron imponiendo las modas. 

Traemos estos días a esta página un recuerdo abreviado de todas las corporaciones que han sido protagonistas de las cuatro ediciones de la serie cuaresmal Reliquias de la Provincia. La última de ellas se vio interrumpida a consecuencia del estado de alarma decretado por la pandemia de coronavirus. Es intención que el lector apunte todas las citas para disfrutar de una Semana Santa distinta en los pueblos sevillanos en 2021.

En esta primera entrega nos vamos a centrar en los prolegómenos de los días de Pasión y Muerte. En las vísperas. Comenzamos por donde lo habíamos dejado, en Carmona. Se trata de la congregación servita, que cada último viernes de cuaresma, al anochecer, saca en procesión a la Virgen de los Dolores, una talla de la segunda mitad del siglo XVIII, atribuida a Juan Bautista Petroni.

Los orígenes de la Fraternidad Servita de Carmona se remontan a mediados de dicha centuria, cuando comienza a rendírsele culto por parte de una congregación rosariana de mujeres a la Dolorosa de la Hermandad de Jesús Nazareno. Décadas después la Orden Servita se haría cargo en la iglesia del Salvador -hubo de intervenir Carlos III- de los cultos a la Virgen bajo esta advocación. En esos años, con total seguridad, se encargaría la actual imagen. Hoy día es una de las tres únicas órdenes servitas que quedan en Andalucía que no se ha convertido en hermandad. 

La Virgen de los Dolores, de Carmona, sale a la calle el último viernes de cuaresma. La Virgen de los Dolores, de Carmona, sale a la calle el último viernes de cuaresma.

La Virgen de los Dolores, de Carmona, sale a la calle el último viernes de cuaresma. / Fran Pérez

La congregación acumulaba un gran patrimonio, debido a que formaban parte de ella las familias más pudientes de Carmona. Todo esta riqueza se fue perdiendo a raíz de la guerra civil, que provocó un gran declive del que la orden no comenzó a recuperarse -pese a mantener sus cultos-  hasta 1977. En 1995 se aprobó una nueva regla de vida. Actualmente la forman 27 miembros y 12 novicios.

Su culto principal tiene lugar el Viernes de Dolores, cuando tras la sagrada eucaristía se procede a la procesión cuyo cortejo lo componen devotos con traje de chaqueta y mujeres vestidas de mantilla. Nos hacemos eco de esta salida, en un día tan señalado de las vísperas, por la recuperación que los Servitas de Carmona han hecho de las formas del pasado a la hora de diseñar el paso de su Dolorosa, alejadas del modelo que impera en Sevilla actualmente. 

Para ello, se han basado en el que poseían anteriormente y de cuyos enseres se fue desprendiendo. Se trata de un paso de ocho varales, con bambalinas de orfebrería y rectas (de cajón), y con respiraderos inspirados en la cerrajerías catedralicias del siglo XVII. Todo está realizado en estilo manierista y diseñado por Juan González

La Virgen sube en Alcalá del Río

Este conjunto rememora los primitivos palios de las Dolorosas sevillanas, de los que quedan pruebas gráficas en pinturas como las de la Soledad de San Lorenzo o María Santísima de la Concepción, del Silencio. Pero, sin duda, el mejor ejemplo de esta tipología de paso que ha llegado a nuestros días -prácticamente sin alteración alguna- se encuentra en Alcalá del Río y, en circunstancias normales, se podría haber contemplado esta noche de Domingo de Ramos, cuando, tras sus cultos, vuelve a su sede canónica (la ermita de San Gregorio) la Virgen de los Dolores en su Soledad Coronada, de la Hermandad de la Soledad

Es la conocida como procesión de Subida, con la que se abre la Semana Santa de la localidad, una de las más ricas y peculiares de la provincia. Se le denomina así por la diferencia de altura entre la parroquia y la ermita. Diez días antes (el quinto viernes de cuaresma) la Virgen baja desde su capilla al templo principal del municipio para la celebración del septenario, la función principal y el besamano en su honor. 

Se trata de una de las dolorosas más antiguas de la provincia y que mayor devoción concita. De finales del siglo XVI, su acusado hieratismo la aleja del canon barroco de belleza. Frontalidad, labios sellados y cuello sin anatomizar son signos inequívocos de esta antigüedad que la sitúa en un círculo del que debieron salir otras imágenes con las que guarda bastante semejanza, como la Soledad de San Lorenzo o la de Cantillana, patrona de esta villa. 

El paso que usa la Virgen de los Dolores, de Alcalá del Río, en sus traslados es una auténtica reliquia del pretérito. El paso que usa la Virgen de los Dolores, de Alcalá del Río, en sus traslados es una auténtica reliquia del pretérito.

El paso que usa la Virgen de los Dolores, de Alcalá del Río, en sus traslados es una auténtica reliquia del pretérito. / Blog Soledad de Alcalá del Río

El paso en el que realiza esta procesión (también llamado paso chico para diferenciarlo del que usa el Viernes Santo) está conformado también por ocho varales, es de cajón y la parte interior de las bambalinas reproduce -con letras de plata del siglo XVIII- el inicio del Stabat Mater que se recita en los cultos dedicados a la imágenes que tienen esta advocación. Para la ocasión, la Virgen de los Dolores luce sus coronas más antiguas (del siglo XVIII y XIX) y un manto que también constituye un tesoro del bordado. Es de principios del siglo XIX y guarda bastante semejanza con el que porta la Virgen de los Remedios, de la Hermandad de las Siete Palabras, en el segundo paso de la cofradía. 

Tanto en la Bajada como en la Subida el cortejo la conforma una interminable fila de mujeres soleanas con hachetas, las mismas que el Viernes Santo por la tarde precederán a la Dolorosa vestidas de mantilla. Este paso (a diferencia del de la estación de penitencia) no es portado en estas dos procesiones por costaleros, sino a hombros por hermanos nazarenos con túnica, peto, gola y cíngulo de esparto morado. Lo llevan a través de dos grandes maniguetas laterales (como antiguamente), lo que le otorga un peculiar movimiento. Una auténtica vuelta al pasado que debe apuntar en su agenda para el próximo año.

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