El Palquillo

¿Cómo afecta emocionalmente la suspensión de las procesiones en Semana Santa?

  • El psicólogo clínico Antonio Delgado analiza el estado anímico de los cofrades tras dos años sin cofradías.

Las imágenes de la hermandad de La Estrella

Las imágenes de la hermandad de La Estrella / Belén Vargas

El sevillano dicen que cuenta sus años por primaveras, que es la época del año en la que se suceden dos de las fiestas más importantes de nuestra cultura popular, la Semana Santa y la Feria de Abril. Por consiguiente, la sensación de haber perdido dos años en uno es perfectamente entendible. A pocas horas de comenzar una nueva Semana Santa sin procesiones, queremos saber la opinión de un experto en psicología. 

Nos ponemos en contacto con Antonio Delgado Espada, psicólogo clínico y forense, y director del Instituto Hispalense de Psicología, donde dirige un equipo de doce psicólogos especializados en diferentes áreas. Nacido en Sevilla en 1977, se crió en el trianero barrio de El Tardón. Es casado y padre de dos hijos. Cofrade de San Gonzalo, como toda su familia, y del Gran Poder, sintiendo también especial devoción por la Estrella, la Candelaria, la Quinta Angustia, la Esperanza de Triana y el Cachorro.

Hace un hueco en su apretada agenda, para compartir y trasladar a los lectores de Diario de Sevilla algunas reflexiones sobre la situación actual, y su repercusión directa en la Sevilla cofrade. La psicología está presente en nuestras cofradías de manera ostensible, "por ejemplo, en las cuadrillas de costaleros, donde existe ese compromiso, esfuerzo y apoyo emocional entre compañeros". Pero hoy no hablaremos de eso, sino de la repercusión que puede tener en nuestro estado anímico la ausencia de estos ritos y costumbres tan presentes en nuestra vida cotidiana.

La Semana Santa "forma parte de nuestra identidad", puesto que es una tradición heredada desde hace siglos, de generación en generación. Es un vínculo afectivo con nuestros antepasados y con nuestros seres queridos, al margen de la propia religiosidad que entraña. "Cuando nos presentamos decimos nuestro nombre, nuestra profesión, nuestro estado civil, y el nombre de la cofradía a la que pertenecemos, como signo de pertenencia". La pandemia nos ha robado parte de nuestra identidad, aunque afortunadamente no de forma permanente.

En términos generales, actualmente nuestra sociedad está atravesando lo que se denominaría "fatiga pandémica", que se traduce en síntomas de ansiedad, cansancio y desánimo. Esta sintomatología es similar a la de la depresión. Más tarde, con la llegada de la inmunidad de grupo, llegará la "fatiga post-pandémica", que podría durar entre seis meses y un año. "La gente ha interiorizado ciertos miedos que no se volatizarán, como por ejemplo las relaciones sociales, dentro de una sociedad tan abierta como la que tenemos en Andalucía". Se prevé además un "efecto rebote", explica el doctor, en cuanto a "conductas que no son psicológicamente sanas, y que serán fruto de todo ese tiempo en el que hemos estado cohibidos, reprimidos o inhibidos".

Volvamos a las cofradías. Entrando en materia, y en lo que a la Semana Santa 2021 respecta, "este año la gente está hecha a la idea, y lo estamos llevando mejor que el año pasado". Todo se debe a una reacción a la que podemos referirnos como "fase de duelo". Desde un punto de vista médico, el duelo se divide en "un inicial estado de shock, seguido de un estado de negación, una tercera etapa de enfado, y finalmente llegaríamos al estado de aceptación y resiliencia, que es el punto en el que empezamos a encontrarnos". Hemos aceptado la situación, y esto nos ayuda a continuar hacia delante con entereza.

Nadie estaba preparado para que sucediese algo así, sin embargo los cofrades tenemos desarrollada esa fase de resiliencia -de aceptación-, al haber vivido anteriormente la suspensión de procesiones a causa de la lluvia. "La hermandad se vive todo el año, pero ese momento culmen lo estamos esperando todos, y en nuestra psicología, desde chiquititos, hemos cultivado de forma inconsciente la posibilidad de que nuestra cofradía no salga". Evidentemente, en esta ocasión no se trata de un día de lluvia, sino de una dura pandemia que nos lleva azotando más de un año, aunque la comparación sirva para entender el comportamiento de nuestros pensamientos y estados de ánimo.

Nazarenos de Los Negritos lloran tras suspenderse la procesión. Nazarenos de Los Negritos lloran tras suspenderse la procesión.

Nazarenos de Los Negritos lloran tras suspenderse la procesión. / Belén Vargas

Antonio Delgado se queda con la ejemplaridad que están mostrando las cofradías y toda su comunidad, aportando un poco de optimismo y positividad al panorama. "Las hermandades se están volcando en esta crisis, y la mayoría de los cofrades, en general, están llevándolo con mucha clase y con bastante entereza, a pesar del dolor". Como ejemplo, el doctor hace suyas las palabras de Félix Ríos, hermano mayor del Gran Poder, cuando éste fue preguntado en televisión sobre la suspensión de las procesiones. "Mire usted, nosotros somos cristianos, entendemos la situación y estamos mentalizados...".

Aferrarse al "sentimiento de hermandad" que "prevalece salga o no salga la cofradía", visitar a nuestras devociones, poner marchas procesionales, ver vídeos, quemar incienso o preparar las típicas recetas de esta época del año... Son algunos consejos para sobrellevar con buen ánimo esta situación extraordinaria, y que es pasajera. "Tenemos la certeza que la Semana Santa la vamos a vivir, aunque sea de otra forma", afirma.

¿Y cómo será la Semana Santa de 2022? suponiendo que la situación permita la salida de nuestras hermandades. Podría hablarse, nunca mejor dicho, de una resurrección. Tras el duelo, y la "muerte" de nuestras tradiciones, Delgado piensa que "el año que viene va a ser una explosión de pasión, ilusión, vitalidad, motivación, y de querer hacer cosas que no hemos hecho otros años... vamos a estar al todo por el todo", concluye.

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