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Sevilla

80 menores de la provincia de Sevilla necesitan familias colaboradoras

  • Crecer con Futuro hace un llamamiento para que los niños y adolescentes tutelados en centros de protección de menores de la Junta puedan disfrutar de este recurso

Foto facilitada por Crecer con Futuro, ONG encargada de gestionar el recurso de Familias Colaboradoras.

Foto facilitada por Crecer con Futuro, ONG encargada de gestionar el recurso de Familias Colaboradoras. / Crecer con Futuro

Cuando a Rocío González un día se le cruzó la posibilidad de participar en el programa de Familias Colaboradoras, nunca llegó a pensar que la experiencia sería "tan enriquecedora". No se equivocó en la decisión de incluir en sus planes de fines de semana y periodos vacacionales a una niña que actualmente está en régimen de acogida en un centro de protección de menores de la Junta de Andalucía. Es de la misma edad que su hija, "se quieren como hermanas", y, desde el principio, su marido se volcó en ello. Hoy, son una más de las familias dispuestas a colaborar con los 376 niños y adolescentes que habitan en estos centros de protección de la provincia (2.330 en Andalucía) y que ante la situación de desamparo y vulnerabilidad ven en este programa una oportunidad de integración social y emocional. Un gesto que cambia vidas pero que la ONG Crecer con Futuro alerta: se necesitan 80 familias colaboradoras para estos menores en la provincia de Sevilla que, por diversas circunstancias, no pueden vivir con sus familias de origen y residen en centros de protección de menores tutelados por la Administración.

Gema Carrasco es la coordinadora en Sevilla del programa Familias Colaboradoras en Crecer con Futuro, una ONG que nació en 2004, pero que se asentó en Andalucía en 2013 con el fin de atender a los menores más vulnerables. "Parte de las fundadoras eran madres de acogida y ya conocían la realidad de estos niños y adolescentes", cuenta Carrasco, que añade: "El acogimiento residencial de los centros de protección de menores carece de modelos familiares saludables, por lo que este programa nació con ese fin, el de que los menores tuvieran contacto y confianza con familias estables que pudieran ser un referente para ellos, sin ser un programa de acogida, ya que los niños y adolescentes sólo pasan fines de semana y periodos vacacionales en los hogares de las familias colaboradoras".

Desde Crecer con Futuro alertan que son muchas las falsas creencias respecto a este programa. "En primer lugar, es importante aclarar que estos jóvenes están en el sistema de protección de menores porque sus familias no han podido dar respuesta a los cuidados del menor. Se encontraban en circunstancias de desamparo y la Administración los acogió, pero ellos no son culpables de esa situación. No son delincuentes".

¿Cómo ser una famillia colaboradora?

El desconocimiento de esta realidad, trae consigo el desconocimiento de cómo poder ayudar a estos menores y desde Crecer con Futuro se propusieron darle difusión y visibilizarlo. "Muchas personas no saben que pueden ser familia colaboradora. Nosotros trabajamos de forma integral en el apoyo y formación a la familia que se suma al programa durante todo el proceso para que la experiencia sea sanadora y que sepan resolver cualquier problema que les surja y el menor no viva otra situación de abandono".

Este recurso es flexible y el modelo de familia que puede acogerse a él es amplio. Así, pueden ser Familias Colaboradoras cualquier tipo de unidad familiar: familias entendidas como tradicionales, parejas, familias unipersonales… "Detectamos las necesidades del menor, que, por supuesto, voluntariamente se ofrece a participar en el programa (tiene la necesidad y quiere tener ese contacto familiar fuera del centro), y buscamos a la familia", detalla Gema Carrasco, que explica como hay menores que siguen manteniendo contacto con su familia biológica y, por tanto, el perfil de la familia colaboradora podría ser la de aquella que puede ofrecer menos tiempo libre pero que compensa la necesidad del menor; otros niños o adolescentes no tienen contacto con su familia biológica y, en ese caso, sí reclaman mayor atención y tiempo; también se da el caso de aquellos que prefieren un modelo de familia tradicional con hijos, o el de aquellos que optan por estar solos durante fines de semana con una mujer o con un hombre... "Toda estructura familiar puede ser válida mientras le ofrezcas tu hogar en esos fines de semanas y vacaciones".

Las familias colaboradoras se someten a una valoración por parte de Crecer con Futuro. Aquí se decide si la familia es óptima para ello. "El principal requisito es que la unidad familiar al completo esté de acuerdo en participar en el programa y que sean conscientes de lo que supone". Para ello, hay una formación previa obligatoria por la Ley de Infancia y Adolescencia, donde se explica cómo funcionan los centros de protección de menores, cómo se coordinan y cuestiones que pueden darse en el día a día en la convivencia y los miedos que puedan surgir.

Para este programa no hay ayudas económicas, pero las familias colaboradoras no necesitan más que un espacio donde el menor pueda dormir e integrarlo en la dinámica de los planes de la familia de los fines de semana y vacaciones. "Sólo hay que demostrar que se puede asumir el gasto de tener en casa durante ese periodo a una persona más, pero no hace falta tener mucho dinero como se piensa la mayoría".

El objetivo es que estos menores tengan referentes adultos sanos y estables, "que sientan que vas a estar de forma incondicional de por vida, que no les vas a fallar nunca", expresa la coordinadora, que vivió en primera persona la función de familia colaboradora: "Cuando comencé a colaborar con el programa, el adolescente con el que compartía fines de semana y vacaciones tenía 16 años, hoy tiene 26 y nos llamamos hermanos. No concibo la vida sin él al igual que no la concibo sin mis hermanos biológicos".

"Hace un año que empezamos la colaboración, y la experiencia con el centro está siendo muy buena", cuenta Rocío González, que, en su caso, la pequeña con la que colabora acude a su casa en fines de semana alternos y cuatro días seguidos a la semana en vacaciones. Son las necesidades de esta menor la prioridad. Son conscientes de que a medio-largo plazo volverá con su familia biológica y, probablemente, no puedan volver a mantener contacto con ella. "Es muy importante tener claro la perspectiva de que es algo temporal, aunque, evidentemente, somos humanos y la echaremos muchísimo de menos porque es un encanto y es inevitable, pero lo importante es que ella se lleve de nosotros cosas positivas, vivencias que sin este programa no podría haber disfrutado. Conocimos a su familia biológica y fue muy emotivo".

Aquellas familias interesadas en informarse sobre el programa y colaborar con los 80 menores que en estos momentos necesitan esta ayuda, pueden contactar con la ONG Crecer con Futuro en su sede sevillana ubicada en la calle Historiador Juan Manzano (Edificio Palmera Real, 1ª planta, módulo 122. Montequinto, Dos Hermanas); 955 690 590-619 079 803; info@crecerconfuturo.org; https://crecerconfuturo.org/contigohastalaluna/.

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