La Junta adjudica la reparación de la autovía A-92 entre Sevilla y Alcalá por 5,5 millones
La empresa Probisa Vías y Obras se ha hecho con el contrato para reparar el firme con un plazo de ejecución estimado de 5 meses
Los 14 kilómetros que se reparan se localizan en el tramo de mayor intensidad de tráfico de la autovía y se arreglarán con materiales asfálticos sostenibles que reducen las emisiones
"La A-92 ha unido a Andalucía como ningún político lo ha hecho"
El perfil del contratante de la Junta de Andalucía ha publicado esta semana la adjudicación de las obras de reparación del firme de 14 kilómetros de la autovía A-92 desde el acceso a Sevilla hasta Alcalá de Guadaíra. Este tramo, que es de los de mayor intensidad de tráfico de toda la autovía, presentaba un importante desgaste que se subsanará con la aplicación de materiales asfálticos sostenibles (Masai), que reducirán las emisiones contaminantes y contribuir así al cuidado del medio ambiente.
El contrato, que está cofinanciado con fondos React-EU de la Unión Europea, se ha adjudicado a la empresa Probisa Vías y Obras con un coste total de los trabajos de 5.509.757 euros y un plazo de ejecución estimado de cinco meses.
El tramo comprendido entre las poblaciones de Sevilla y Alcalá de Guadaíra presenta un fuerte deterioro de la capa de rodadura, tipo drenante, la cual se encuentra ya agotada. Eso ha derivado en una serie de patologías como pérdida del árido de rodadura, baches, fisuras y deformaciones. Además, debido a este mal estado, se producen balsas de agua en la calzada durante los periodos de lluvias, con el consiguiente riesgo para la seguridad vial y la pérdida de confort para el usuario. También se ha constatado el envejecimiento de la señalización vertical y la cartelería.
Las obras supondrán la restitución de la capa drenante de rodadura tipo Masai en el tramo de A-92 entre los kilómetros 0 y 14 y en las vías de servicio para volver a dotar a la autovía de un nivel de servicio adecuado. Igualmente se renovará la señalización vertical, cartelería y balizamiento para garantizar su visibilidad.
Para la reparación del firmes se hará uso de los Materiales Asfálticos Sostenibles, Automatizados e Inteligentes (Masai), diseñados en colaboración con la Universidad de Granada y el Laboratorio de Ingeniería de la Construcción (Labic) de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Granada, para reparar el firme.
Los Masai son mezclas bituminosas producidas a temperatura máxima de 140 grados y con características singulares, como que al menos el 20 por ciento del peso será material fresado procedente de carreteras deterioradas o el 0,5 por ciento de material reutilizado como polvo de neumáticos. Tras años de trabajo, se han constatado las ventajas de los Masai frente a las mezclas tradicionales, con pruebas pilotos en varias puntos de la A-92, como el Puerto de la Mora o Guadix, o en la carretera autonómica A-4026, en Pinos Genil, en la A-4028 en Cájar o la A-308 Iznalloz-Darro. Además, ya se encuentra en fase de adjudicación la reparación del firme de los nueve kilómetros de la A-92G entre Granada y Santa Fe.
La denominación de estas mezclas hace honor a la tribu Masai, asentada en el este de África. Para sus miembros, la tierra y todos sus elementos son sagrados y por ello se niegan a degradarla. Su supervivencia depende de la salud y fortaleza de la naturaleza de su entorno y de aprovechar al máximo todo lo que ésta les proporciona, no generando ningún residuo. Y éste es el espíritu principal de los nuevos materiales Masai: reutilizar, reciclar y valorizar productos ya preexistentes, incluso de la propia carretera, de forma que no se sobreexploten los recursos naturales, además de imponer nuevas técnicas de producción que permitan reducir drásticamente la temperatura de fabricación lo que conllevará menores consumos de combustibles fósiles y, por ende, una reducción notable de las emisiones durante la fabricación de las mezclas.
Además, estos materiales, que siempre dispondrán de altas prestaciones mecánicas, también se pueden incluir dispositivos en forma de pequeños sensores, que permitirán digitalizar la carretera, obteniendo datos en tiempo real sobre aforos, pesajes, velocidades de circulación o evolución de las propiedades mecánicas del material
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