Representa la otra cara de la moneda. Thilo Gumbsch vino a trabajar a Sevilla hace 14 años, "cuando en Alemania no había futuro para un arquitecto y en España, sin embargo, había muchas oportunidades".

Para el también profesor de Proyectos en la Escuela Superior de Arquitectura, no existe ninguna duda de que la oferta alemana es una auténtica oportunidad para los jóvenes profesionales sevillanos. "Yo les digo a mis alumnos que se vayan. Ahora mismo aquí no hay nada que hacer". También desdramatiza la decisión: "En Alemania no se trabaja más que en España y a un profesional joven se le exige la misma disposición para el trabajo que aquí, ni más ni menos. Hay que tener voluntad y predisposición".

El arquitecto alemán destaca que los sueldos pueden llegar a ser el "triple" que en España. Otra ventaja es la buena valoración que los alemanes tienen del título español de Arquitectura. "Se reconoce como una carrera muy completa, con una formación muy global. El arquitecto español es un todoterreno, por lo menos antes de la puesta en marcha de Bolonia". Eso sí, advierte que todo no es idílico y que el mercado laboral alemán es "exigente" si se quiere triunfar en él.