Bingo andaluz en el Casino de la Exposición

Calle Rioja

Efeméride. Se cumplen 42 años del referéndum del 28-F. Un derbi jurídico entredos artículos de la Constitución: el 143 y el 151. Marcador de un partido de la NBA

El edificio del Casino y el Lope de Vega visto desde una perspectiva aérea.
El edificio del Casino y el Lope de Vega visto desde una perspectiva aérea. / Juan Carlos Vázquez
Francisco Correal

28 de febrero 2022 - 05:00

Han pasado 42 años. El 28 de febrero de 1980 se convirtió en 28-F. En el tiempo reglamentario se perdió el partido pero se ganó en la prórroga. Fueron los hermosos vencidos, como la novela de Leonard Cohen. Era año bisiesto y olímpico. El 28-F fue la víspera del tercer 29 de febrero que vivía Pedro Sánchez. El actual presidente del Gobierno, que mañana cumple 50, cumplía el día siguiente del referéndum 8 años. Desde el 4 de julio de 1976, en España gobernaba Adolfo Suárez, abulense de Cebreros, el malo de aquella película, hoy en los altares de la alta política, con una avenida que llega hasta la portada de Feria, donde sustituyó en el nomenclátor al Almirante Luis Carrero Blanco.

Pepe Prieto y Poli Rincón comentaban la víspera el derbi en la Cope. El fornido defensa sevillista, albaceteño de cuna, al que hizo debutar el profesor Cantatore, y el delantero que sigue siendo el único bético con el Pichichi. Aquel 1980 el trofeo de máximo goleador se lo llevó Quini, todavía en el Sporting de Gijón. La Copa de Europa la ganó en Madrid el Nottingham Forest al Hamburgo. Triunfo del equipo de Robin Hood en unos años de dominio inglés, hasta que la tragedia de Heysel en 1985 los apartó unos cuantos años en un brexit balompédico. El Betis terminó quinto y el Sevilla octavo. Zona noble, no tan noble como la actual, segundo y tercero. El sevillista Enrique Montero y el bético Rafael Gordillo se convirtieron en portavoces del anhelo autonomista. Los equipos en lo más alto. La escuela sevillana de capa caída. Sólo un andaluz, el palaciego Jesús Navas, entre los 22. Una Sevilla primaveral, con geranios en los balcones, Triana y Alameda en los altavoces, Lole y Manuel, las películas de Gonzalo García Pelayo y los cuadros de Joaquín Sáenz.

Era un derbi jurídico entre dos artículos de la Constitución, el 143 y el 151. Marcador de un partido de la NBA. Dos artículos novísimos de una Constitución aprobada catorce meses antes. Desde el 6 de diciembre de 1978. Desde el 16 de octubre de ese año era el Papa de Roma el polaco Karol Woyjtila, arzobispo de Cracovia los catorce años antes, desde 1964, año del gol de Marcelino y los 25 años de Paz. En 1980 ganó el Nobel de Literatura otro polaco, Ceslasz Milosz.

Año bisiesto y olímpico. Juegos Olímpicos en Moscú, impensables en este aniversario del 28-F. Estados Unidos y numerosos países del bloque occidental boicotearon esas Olimpiadas para protestar contra la invasión soviética de Afganistán. País que después ocuparían los Estados Unidos. España sí acudió y volvió con cinco medallas y Juan Antonio Samaranch coronado como nuevo presidente del Comité Olímpico Internacional. Leónidas Breznez todavía mandaba en el Kremlin, Ucrania estaba adscrita a la Unión Soviética. En natación femenina, la llamada República Democrática Alemana, uno de los eufemismos más obscenos de la nomenclatura política, se llevaba más de treinta medallas.

El Casino de la Exposición, edificio anexo al teatro Lope de Vega, se convirtió en el cuartel general para el recuento de los votos del referéndum. Manuel Clavero Arévalo, que había sido profesor de Adolfo Suárez en la Universidad de Salamanca, dimitió por dignidad del Gobierno que presidía su antiguo alumno. Lauren Postigo, hijo de Alosno, popular como presentador del programa Cantares, fue la voz del 143: "Andaluz, éste no es tu referéndum". La voz del 151 fueron muchas voces: Carlos Cano, Salvador Távora, María Jiménez, Rafael Alberti…

Un andalucista, el abogado Luis Uruñuela, era el alcalde de Sevilla desde las municipales de abril de 1979, las primeras democráticas desde la República. Se había casado por poderes representando a su amigo Felipe González, que también había sido alumno de Clavero Arévalo. Blas Infante dejaba de ser un notario desconocido y su nombre se consagró en el Estatuto de Andalucía redactado por siete ponentes (el número fetiche: la Constitución también tuvo siete padres) en el parador de Carmona.

El Casino de la Exposición fue diseñado por Vicente Traver, el arquitecto que sustituyó a Aníbal González como director de la Exposición Iberoamericana de 1929. En ese espacio de cúpula circular tuvo lugar el mitin de Pasionaria cuando volvió del exilio; pasillos para los mentideros de quienes acudían al pregón de Semana Santa en el teatro San Fernando. Y siete años y medio después del 28-F se llenó de analistas rusos que asistían al Mundial de Ajedrez que disputaban el ruso Anatoly Karpov y el azerí (de Azerbaiyán) Gari Kasparov, que se inició el 12 de octubre de 1987, justo cinco años antes de que se clausurase la Expo 92, tiempo en el que la guerra estaba en los Balcanes.

La ininteligible pregunta del referéndum fue un tributo a la película Una noche en la ópera de los hermanos Marx. Pero la gente la entendió. Como en el chiste de El Roto: "Ya entiendo el cuadro. Lo que no entiendo es el precio".

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