Borja Romero Montes | Trabajador Social premiado por el Ayuntamiento de Sevilla

"En centros para 20 personas sin hogar es más fácil evitar recaídas o procesos de fracaso"

Borja Romero Montes con el premio municipal al desarrollo profesional por su dedicación a las personas sin hogar. En la foto con el delegado José Luis García

Borja Romero Montes con el premio municipal al desarrollo profesional por su dedicación a las personas sin hogar. En la foto con el delegado José Luis García / José Ángel García

Borja Romero Montes (1983, Sevilla), trabajador social de la Unidad de Emergencias Sociales de la UMIES del Ayuntamiento de Sevilla, es uno de los premiados esta semana por sus 13 años de trabajo con las personas sin hogar. Nació en la Macarena, el barrio con más densidad de personas sin techo acogidas, y forma parte del Equipo de Emergencia Social integrado por 15 personas. Estudió en los claretianos y milita en el SAT (sindicato andaluz de trabajadores).

Trabajan en turnos de seis personas por la mañana, seis por la tarde y tres por la noche, a las que les llegan los casos de personas en situación de vulnerabilidad del 112, Policías Local y Nacional, hospitales, Bomberos o cualquier entidad. Tras una primera valoración social de su situación, intentan cubrir sus necesidades: alojamiento, contacto con familiares, servicios sociales o la derivan a la oficina municipal de atención a personas en hogar (COIS).

De los muchos colectivos que atienden, el más amplio es el de personas sin hogar. Lamenta el rechazo de ciertos vecinos a nuevas instalaciones sociales en Mendigorría ("Está habiendo un rechazo por parte de unos determinados vecinos con una ideología muy concreta y hay que hacer mucha pedagogía", señala).

-¿Cómo abordar de manera eficaz la atención a personas sin hogar?

-Hacen falta recursos más especializados y de proximidad. Especializados en adicciones y salud mental, en inserción sociolaboral y para mayores de 65 años. Tenemos usuarios que después de largas trayectorias de calle no se llegan a adaptar bien a las residencias y los tenemos en los centros de acogida municipales. Por recursos de proximidad me refiero a que estén en distintos barrios, para evitar la concentración actual de tres albergues en la Macarena que produce efectos indeseados. Y que sean albergues pequeños, de 20 personas, con atención más específica y con una relación más integradora respecto al barrio y a los vecinos.

-Entonces ¿ve bien los dos nuevos centros con 20 plazas que proyecta el Ayuntamiento?

-Sí, lo planteamos a través de Participa Sevilla con Cristina Honorato 8 años atrás. Creo que este tipo de centros trabajan de forma más individualizada, más enfocada en la persona, hay un ambiente más familiar y para los usuarios también hay más posibilidades de éxito. Siempre que no sean la Macarena estaría bien, claro. Veo prioritario contar con centros como el de puertas abiertas del paseo Juan Carlos I, así como con un centro que promueva la inserción laboral y con más viviendas tuteladas.

-¿Cómo evitar el rechazo de algunas personas sin hogar para entrar en albergues?

-Hacen falta centros más específicos donde se puedan conseguir objetivos más elevados. Hay personas que arrastran historias de vida más trágicas, con vidas más desestructuradas. Eso hace que el primer acceso a los recursos sociales les cueste porque es un cambio en su modelo de vida.

En el centro de puertas abiertas del Paseo Juan Carlos I se trabaja con patología duales (adicciones y problemas mentales). Tiene horarios y normas flexibles para un plan individualizado de atención. En su proceso de adaptación, si la persona tiene recaídas se le mantiene la entrada a este centro para ir generando confianza y adherencias. Esto ha dado muy buenos resultados.

Este mismo modelo se podría ir implantando en esos nuevos centros de 20 personas. Si hacemos centros en diferentes barrios evitamos la densidad que sufre la Macarena, que provoca esas retroalimentaciones de vidas complejas en las que las recaídas son más fáciles. Si están en un entorno más normalizado, más tranquilo, ellos mismos se pueden centrar más en su proceso y tienen menos interferencias. Eso ayudaría bastante en evitar recaídas o procesos de fracaso.

-Las causas por las que rechazan la ayuda municipal son complejas..-

-Hay personas sin hogar que rechazan los recursos porque sufren una desestructuración cognitiva, una enfermedad mental, y están descompensados. Hay que trabajar psicológica y psiquiátricamente con ellos para estabilizarlos y que accedan a los recursos. Otros tienen una disonancia y piensan "si voy a un albergue eso significa que yo soy pobre o que me relaciono con un colectivo al que yo no quiero pertenecer" y también hay una evitación. En otros casos se trata de personas que tienen consumo activo (drogas) y eso es incompatible con el ingreso en los recursos. Sí pueden entrar en el centro de puertas abiertas, pero son 20 plazas y hay una lista de espera larga. Es el que tiene más lista de espera. El equipo de emergencia social al que pertenece, vinculado a una subcontrata, reclama la mejora de sus condiciones laborales (horario y salario), ya que el convenio estatal es bastante precario. El Pleno municipal lo aprobó hace un año y el gobierno local saca en mayo de 2024 nuevos pliegos que deben incorporar estas mejoras.

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