La eliminación de las mascarillas en interiores deja a muchos trabajadores en una situación de incertidumbre sobre cómo les va a afectar desde hoy la aplicación de esta medida en sus centros de trabajo. Tal y como recoge el real decreto, salvo en aquellas actividades donde seguirá siendo obligatorio el uso de mascarillas, como sucede en los centros sanitarios, los centros sociosanitarios residenciales y los transportes, en el resto, queda en manos de las empresas e instituciones la potestad de imponer o no su uso a los trabajadores a partir de la valoración que hagan los servicios de prevención de riesgos laborales, mientras que en el resto de ámbitos pasará a estar solo recomendada. 

Sin embargo, ante esta situación, CCOO advierte de que esto no significa que la empresa de manera discrecional pueda decidir sobre tal cuestión, sino que la decisión "debe basarse en medidas consensuadas con la representación de los trabajadores y trabajadoras ajustadas a la realidad de hoy para, allí donde sea necesario, mantener la protección de las personas trabajadoras".

Por eso, el secretario general de CCOO de Sevilla, Carlos Aristu, apuestan por que "allí donde sea necesario, los trabajadores cuenten con mascarillas y, donde puedan mantenerse distancias sociales suficientes, la actividad se desarrolle con una mayor normalidad".

"De la misma manera que en los peores momentos de la pandemia exigimos a las empresas medidas para proteger a las personas que fueron a trabajar cada día porque su actividad era esencial, ahora pedimos negociar esos protocolos de prevención que deben seguir existiendo aunque los índices de contagios parezcan más controlados", apostilla Aristu.

Desde el sindicato recomiendan a las empresas negociar los protocolos de prevención tras el fin de la obligatoriedad de mascarillas en interiores y se ofrecen a las empresas que lo necesiten "para asesorar en esta materia y proteger así la salud de las personas en su entorno laboral".