Capturar en trazos el alma del Alcázar

Arte-Estudio imparte este mes un curso de pintura de paisaje al natural en el Jardín de los Poetas

Capturar en trazos el alma del Alcázar
Capturar en trazos el alma del Alcázar
Ana Fernández

12 de julio 2009 - 05:03

Salva tiene 14 de años pero pinta desde los 7. El año pasado ya acudió al curso que el taller de Arte-Estudio organizó sobre pintura de paisaje al natural en los jardines del Real Alcázar. Este año vuelve a repetir una experiencia de la que afirma "es curiosa porque los turistas se quedan mirando. El año pasado, incluso, me pidieron fotografiar mi cuadro". Como Salva, una docena de aficionados a la pintura participan en el curso que dirige Chelo Escribano, pintora responsable de Arte-Estudio que tras una dilatada carrera artística bien conoce el placer que supone el pintar en plena naturaleza.

Es fácil inspirarse en este lugar donde la luz, los árboles y el canto de los pájaros crean un entorno idílico, y donde el único despiste que se permite para mermar la tranquilidad que lo inunda es la observación espontánea de algún turista que pasea por los alrededores.

"La verdad es que es todo un privilegio poder pintar en estos jardines que el Patronato del Alcázar cede a todos los ciudadanos que lo deseen, siempre respetando el entorno", comenta Chelo que durante estos días dedica sus mañanas a corregir y aportar sus conocimientos a los alumnos que "sacrifican sus días de vacaciones para venir aquí. La pintura es muy dura, necesita de mucha constancia porque las ideas no fluyen de pronto".

Decenas de rincones de este jardín de estilo francés serán representados a los largo del mes por los alumnos. Cada uno de ellos se marcará un objetivo y empleará una técnica "porque lo bonito es que cada uno tenga su estilo. Intento enseñar cuestiones de la composición, el colorido, pero lo interesante es que cada uno exprese su alma en el paisaje y aprenda a autocorregirse. Tengo mucho respeto por los que aman la pintura, prefiero ser yo la que se recicle", añade la pintora.

Con esta misma filosofía de libertad creativa, Chelo imparte en su taller de la calle Betis, 31, desde hace 10 años, clases durante el curso académico, -los grupos asisten dos días a la semana a clases de dos horas- . Una vez finalizado el curso, organiza algunos talleres temporales, de inscripción libre, como el de pintura de paisaje al natural o el de pintura en torno a la figura humana con modelos al natural. Éste último de mayor complejidad, se imparte por las tardes este mes, por lo que los alumnos también son más experimentados. "Asisten muchos alumnos de la facultad de Bellas Artes", comenta Chelo.

Otros talleres que marcan el curso en este taller son el de retrato o el de acuarelas: "Salimos al río para experimentar con ellas", cuenta la también especialista en esta técnica y presidenta de la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía .

Poco a poco, la mañana transcurre a la sombra de un árbol en el Alcázar. "Este es uno de los lugares más refrescantes de Sevilla en el mes de julio por eso lo hacemos aquí", añade la profesora.

Para María de los Ángeles este es el primer año que se forma con Chelo en su taller y la primera vez que pinta en público. Empresaria aficionada a la pintura "desde siempre", reconoce que "al principio tenía un poco de reparo, la gente se para a mirar, pero pronto se pasa la vergüenza y es muy gratificante, no molestan nada".

Para su primera obra en el Alcázar, María de los Ángeles ha decido retratar una glorieta del jardín con la muralla de fondo: "Un contraste entre el tono rojizo de la muralla, los grises de la glorieta y los verdes de los árboles". Para su ejecución dispone de dos días. Una vez finalizado, tendrá que escoger otro rincón y hacerlo suyo para así poder reflejar en un espacio reducido como es el lienzo la magia de los Alcázares.

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