La ciudad y los días
Carlos Colón
Montero, Sánchez y el “vecino” Ábalos
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La menopausia entraña una reducción en el nivel de estrógenos que produce una mujer. No solo es el final del ciclo fértil, sino también una serie de cambios que se reflejarán en la salud ósea, cardiovascular e incluso en el sistema urinario. Sin duda, hay que hacer frente a todo lo que sobreviene, dado que el cansancio, los sofocos e incluso el incremento del peso están a la orden del día. No obstante, podemos mitigar sus efectos con unos sencillos consejos.
Debemos tener presente que estamos ante una etapa fisiológica de la vida y, como tal, debemos tratarla. Por lo tanto, es un error abordarla como una enfermedad. Los expertos recomiendan la adopción de unos hábitos de vida saludables. Así, en líneas generales, podemos citar los siguientes aspectos:
Algunas mujeres pueden sentirse abrumadas por todos los cuidados que les exige esta nueva época de su vida. Afortunadamente, para ayudar a suplir algunas carencias, es posible recurrir a suplementos para la menopausia que están desarrollados específicamente con el objeto de atender este tipo de necesidades.
Así, algunos de ellos contienen en su formulación isoflavonas de soja. Estas últimas se consideran como uno de los productos clave para sobrellevar las molestias propias de estos años. Incluso algunos de los estudios más recientes aseguran que pueden mejorar síntomas como los sofocos, el estreñimiento y la mineralización ósea. Aunque también podemos encontrarlos de manera natural en productos fermentados como el miso, el tamari, el tofu o el tempeh.
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