DEJA la moto en la esquina de Imagen con la la Encarnación. José Rodríguez de la Borbolla (Sevilla, 1947), hermano del Calvario, fue presidente de la Junta de Andalucía durante siete Domingos de Ramos (1984-1990). Viene desde el barrio del Porvenir, de cuya parroquia de San Sebastián, donde el 30 de enero despidieron a su madre, debe salir hoy el primer nazareno de la Semana Santa, de la Paz.

A Borbolla le gustan los mercados. "Cuando voy a cualquier ciudad, lo primero que hago es visitar sus mercados". "Yo no hubiera elegido el proyecto de las setas, pero hay que reconocer que ha sido un elemento dinamizador de la zona. La mayor barbaridad que se ha hecho ha sido el estadio de la Cartuja".

A sus gatos Arturo, Merlín y Julito, "por Julio César", les gustará más la segunda parada del mercado que la primera. En el puesto 28 de María de los Reyes y Juan Luis, este matrimonio de carniceros ya conoce los gustos del cliente. Le toca el número 76. Como el año que fue elegido presidente del PSOE de Sevilla, "un cargo que no existía desde la República". Este fin de semana ha venido a su casa Pilar, su sobrina, que estudia Veterinaria, y hay que llevarle sesada. "De este sitio es muy recomendable el cuello de cordero, buenísimo para hacerlo como la cola de toro".

Manoli es hija, nieta y bisnieta de pescaderos, descendiente del cantaor Vallejo. En este puesto le toca el número 81, que coincide con el año del 23-F: "Yo era secretario general del PSOE de Andalucía y senador". No se lo piensa dos veces. "Me voy a llevar pulpo e higadillas de rape".

Saluda a Alejandro, el hijo del panadero de San Bruno, y al carnicero Paco Rodríguez. "Jugábamos juntos al fútbol, él en el Impala, yo en el Carambolo", recuerda Borbolla. Un equipo del que formaban parte nombres de la sevillana gauche divine como Manuel Chaves, Manuel Ramón Alarcón o Javier Pérez Royo.

Casi siempre se queda en Semana Santa. "El Miércoles Santo íbamos a ver los humedales de Elche y Cartagena, el tiempo nos ha echado para atrás". Se acercaría al Museo de Arqueología Subacuática de Guillermo Vázquez Consuegra, con estudio próximo en la calle Laraña. "He visto su Museo del Mar de Génova. Creo que en Sevilla hay dos temas de patrimonios a los que hay que dar salida, las Atarazanas y la Fábrica de Artillería".

Hay Jueves en la calle Feria. Retiene proustianamente el tiempo. "José Gestoso es una maravilla de calle". Se ve niño viendo a los costaleros de la Macarena entrando en el bar La Unión, que ya no existe. "Yo me llevaba las tarrinas de menudo". Donde Regina se ensancha, con un cierre pavoroso de tiendas, se cruza con Rafael Moreno, que reparte invitaciones de la biografía que ha escrito del torero Espartaco, del que fue su apoderado cuando llenaba las plazas en tiempos de Borbolla. Lo define Moreno como "el primer partidario de Rocío Jurado, el segundo era yo".

"Cuando llegué a la presidencia de la Junta, nombre consejero de Cultura a Javier Torres Vela. Le dije que había dos cosas prioritarias: una, que las iglesias se estaban cayendo, y otra, un homenaje a Quintero, León y Quiroga. '¿Quién es ese?', me preguntó". En Jerónimo Hernández recuerda al portero del cine Regina, que era bedel de la Facultad; ve un ejemplar del Lib en un puesto del Jueves y recuerda las visitas al puesto de Pepe el Carpintero, años 60, para ver furtivamente la revista Play-Boy, sucedáneo de Ruedo Ibérico. "Eso sí que era clandestinidad". Le fascinan la calle Feria y sus iglesias: San Juan de la Palma, Montesión, Ómnium Sanctórum. "Cuando terminaba la estación con el Calvario, me cambiaba en casa de mi cuñado en la calle Bailén. Gracia venía a recogerme. Veíamos a la Esperanza de Triana en el Baratillo, dejábamos la moto en la calle Quintana y buscábamos la Macarena".