consumo

Comidas de Navidad: Más caras y con pequeños grupos

  • Las empresas empiezan a recuperar la antigua tradición de invitar a sus empleados por estas fechas a cenas y almuerzos

  • Varios restaurantes han colgado el cartel de completo para el próximo fin de semana

Dibujo de Rosell

Dibujo de Rosell

Más caras y con más comensales. Las comidas de Navidad han vuelto a consolidarse en el sector hostelero de Sevilla. Atrás quedaron los años más duros de la crisis, en los que este tipo de celebraciones sólo podían permitírselas un reducido número de clientes. Desde 2015 la tendencia ha cambiado. No sólo se celebran más almuerzos y cenas, sino que quienes acuden a ellas lo hacen pagando un cubierto más caro. Además, en este 2017 se ha constatado otra tendencia que, aún minoritaria, supone otro síntoma de recuperación: las empresas empiezan a retomar la vieja tradición de invitar a sus empleados por estas fechas.

"Los grupos son menos numerosos, pero hay más reservas". Es el resumen que hace Jesús Becerra, propietario del restaurante Becerrita, de las comidas de Navidad que se celebrarán en este establecimiento las próximas semanas. Este análisis es casi idéntico al que realizan otros compañeros de profesión, algunos de los cuales tienen las mesas de sus locales completas para este fin de semana. A ello se une otro distintivo que se ha constatado este año: el cliente está dispuesto a pagar más. No hay tanto temor como antes. Becerra lo atribuye a que "al ser grupos reducidos, hay más personas que piden a la carta y no con menús cerrados, lo que encarece el precio".

El gasto medio por cubierto ronda entre los 35 y 40 euros, más elevado que en 2016

Los días de mayor afluencia serán el próximo viernes y domingo, seguidos del 22 y 23 de diciembre. "A partir de entonces la tendencia cambia. Ya no son grupos de amigos y compañeros de trabajo los que reservan, sino familias que se reúnen durante los días de Navidad", refiere este hostelero.

Aunque algunos profesionales del sector piensan lo contrario, Enrique Becerra sostiene que la tradición de que las empresas pagaban este tipo de encuentros culinarios se ha perdido definitivamente. La misma hipótesis la defiende David Canela, gerente de Salones Artemio, en el Polígono Industrial Store: "Las empresas ya no pagan nada". En estas instalaciones la media de personas que componen las reuniones que han reservado para estas fechas oscila entre las 12 y las 20, aunque también hay grupos que alcanzan las 300. El gasto medio por cubierto es de 38 euros, una cantidad un poco más elevada que la de hace años, cuando se buscaban los menús más económicos para así garantizar un mínimo de asistentes.

"Ésta es la semana más fuerte", asegura Canela, quien atenderá en sus salones, de lunes a domingo, a más de 2.000 personas. Tal demanda ha obligado a incrementar la plantilla de personal con 20 camareros más. Es una de las consecuencias positivas de estas celebraciones. Además de aumentar el consumo, se dispara el trabajo temporal, lo que supone un alivio económico para muchas familias.

El Grupo La Raza, que dirige Pedro Sánchez-Cuerda, es un buen ejemplo de ello. Para la presente campaña de Navidad se ha contratado a 40 personas, de las cuales 15 trabajan en los restaurantes de la firma. Así se pretende dar el servicio "más adecuado" a las comidas que se celebran estos días. "Hemos notado un incremento en la cantidad de comensales y en el precio a pagar", asevera Sánchez-Cuerda.

Las últimas en apuntarse a esta recuperación han sido las empresas. Hasta hace poco era impensable que una compañía costeara un almuerzo o cena a sus trabajadores. Este año hay algunas que ya empiezan a hacerlo. Muy pocas aún y sin llegar a las cifras de la época de vacas gordas. "Antes a las comidas de empresa iban 100 personas y se escogía el menú más caro. Ahora vienen 35 y con el cubierto más barato", detalla el propietario de La Raza.

La vuelta de las comidas navideñas de empresa en las que el empleado no paga nada es una leve tendencia que también se constata en otros establecimientos sevillanos, como el Restaurante Becerra. Este tipo de encuentros sólo supone un 30% de las celebraciones que se han reservado en este céntrico local, un porcentaje que, a pesar de ser minoritario, representa una importante recuperación que evidencia que en algunas sociedades mercantiles se ha dejado atrás la crisis y la época más severa en el control del gasto. Enrique Becerra, dueño de este restaurante, explica cuál es uno de los motivos por el cual el número de comidas en las que la empresa paga el cubierto a sus empleados no aumenta: "En Sevilla hay un elevado número de personas que trabajan en las administraciones públicas, que difícilmente pueden costear una comida, por lo que este tipo de reuniones queda reservada para el sector privado".

El 70% de las comidas que se celebran en el Restaurante Becerra optan por el menú más económico. "Al igualar por debajo, se consigue que vaya un mayor número de asistentes", matiza el propietario de este céntrico establecimiento, quien también confirma que se ha reducido el número de comensales por reunión: entre 15 y 20 personas.

En el Restaurante Becerra han colgado el cartel de completo para el viernes y sábado próximos, los días de mayor demanda. En idéntica situación se encuentra la Taberna del Alabardero, donde no se ha quedado ninguna mesa sin reservar para esos días. En sus salones hay cabida para todo tipo de reuniones: de 15 a 100 personas. También aquí han constatado las dos tendencias antes mencionadas, la recuperación de las comidas pagadas por las empresas y el aumento del gasto medio por comensal. El precio medio es de 45 euros, aunque en los grupos más minoritarios se llega a pagar hasta 75 euros por cubierto. Este establecimiento, que es Escuela de Hostelería, aumenta el número de camareros cuando llegan estas fechas para atender la alta demanda que se registra.

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