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Coordinadores Covid: Un dique contra la pandemia en los colegios de Sevilla

  • La improvisación y las carencias del comienzo de curso se han suplido con la ayuda de los sanitarios y la adaptación "ejemplar" de los alumnos

  • Esta responsabilidad sobrepasa su cupo horario y obliga a trabajar los fines de semana

Dos alumnas de Primaria entran a clase con mascarillas el primer día de curso.

Dos alumnas de Primaria entran a clase con mascarillas el primer día de curso. / Juan Carlos Vázquez

Se han convertido en una figura imprescindible en los colegios e institutos sevillanos durante el curso actual. Su nombre se ha hecho habitual en la comunidad educativa en estos meses en los que nos hemos acostumbrado a vivir a diario entre cifras de contagiados, fallecidos y hospitalizados a consecuencia de la pandemia. Se trata de los coordinadores Covid, responsables del protocolo de seguridad que se desarrolla en los centros de enseñanza para hacer frente al coronavirus y cuya labor resulta esencial para que la actividad docente en las aulas se desarrolle con toda la normalidad posible, pese a las circunstancias excepcionales que se padecen desde hace casi un año. 

La mayoría de las personas que desempeñan este cargo pertenecen al equipo directivo de los centros educativos. Tal es el caso de Rosa María Ortiz, vicedirectora y coordinadora Covid en el IES Alixar, en Castilleja de la Cuesta. Se trata de un centro público, ubicado en la barriada Nueva Sevilla de este municipio del Aljarafe, en el que se imparten las enseñanzas de ESO, Bachillerato y FP. En el actual curso hay matriculados, aproximadamente, 1.140 alumnos, a los que atiende un claustro de 104 profesores. Las jornadas lectivas se organizan en horario de mañana y tarde.

Desde que comenzó el curso, el control de la pandemia en el instituto ha ido en consonancia con la evolución de la misma en localidad mencionada. En este sentido, Ortiz destaca dos picos de incidencias: el mes de octubre, al inicio de la segunda ola de contagios; y en enero, cuando empezó la tercera. "Solamente hemos detectado casos positivos en el alumnado. Ninguno de ellos se ha originado en el centro, ya que en la mayoría de las ocasiones se trababa de estudiantes que se encontraban en cuarentena por contacto estrecho con un conviviente positivo", detalla la vicedirectora del Alixar.

Uno de los logros de este instituto ha sido que, por ahora, no se ha cerrado ningún aula por contagio, y ello constituye un éxito si se tiene en cuenta el volumen tan elevado de alumnos matriculados en el centro. La coordinadora Covid explica que una de las medidas establecidas para evitar la difusión del coronavirus ha sido "la detección precoz" de contactos estrechos en el aula, para lo que ha contado con la colaboración de los equipos educativos y la referente sanitario.

Un trabajo desarrollado desde julio

Claro que para que las medidas funcionen a la perfección es necesario implicar a toda la comunidad educativa y, sobre todo, emplear mucho tiempo en planificar, prevenir y coordinar. En el cupo de profesores del IES Alixar se adjudicaron siete horas para el desempeño de la función de coordinador Covid. "El control de la pandemia en este instituto ha sido la prioridad en nuestro quehacer diario por lo que, siempre que ha sido necesario, se han empleado horas de otras funciones y del tiempo personal. Los diferentes miembros del equipo directivo han apoyado las tareas necesarias en cada momento", subraya Ortiz, quien recuerda que el protocolo se comenzó a elaborar en el mes de julio de 2020, lo que les ha permitido trabajar con cierta anticipación, resolver las carencias que se detectaron entonces y acometer obras de acondicionamiento en los accesos al centro.

El distanciamiento social ha sido, quizás, la medida de prevención más difícil de cumplir estos meses. El  motivo: la elevada ratio de alumnos por aula. Para solucionar este problema, a partir de cuarto de ESO se optó por la enseñanza semipresencial y por establecer dos horarios diferentes en la jornada de mañana, con lo que se evitan aglomeraciones y se garantiza un metro y medio de separación entre los estudiantes. Un importante esfuerzo logístico.

Salón de actos de un instituto adaptado como aula. Salón de actos de un instituto adaptado como aula.

Salón de actos de un instituto adaptado como aula. / Juan Carlos Vázquez

Esta labor de coordinación requiere de una comunicación continua con el centro de salud de referencia. Y en dicha relación también adquiere principal importancia la figura del enfermero Covid asignado. Ortiz subraya que desde septiembre hasta febrero el Alixar ha contado con una enfermera de referencia, "el mejor recurso que nos ha dado la Administración para luchar contra la pandemia". "El 1 de febrero se ha incorporado otra enfermera que, por el poco tiempo de trabajo conjunto, estoy segura de que va a aportarnos el mismo apoyo que su anterior compañera", refiere la vicedirectora de este instituto, que insiste en la importancia de esta figura sanitaria para detener el virus en los centros educativos. 

La atención "psicoafectiva" al alumnado y las familias de este instituto ante la crisis sanitaria ha sido una de las prioridades de la coordinación Covid, un cometido en el que se han implicado los profesores, tutores, el equipo directivo y la enfermera de referencia. La adaptación del alumnado a las medidas de seguridad recogidas en el protocolo ha sido, en palabras de Ortiz, "muy buena". "Es ahora cuando vemos una ligera relajación, están cansados, por lo que es el momento de reforzar la concienciación de que todos somos parte de la solución y de que no debemos poner en riesgo nuestro entorno", advierte.

Clases semipresenciales en un centro de FP

Una experiencia muy similar es la que ha vivido Álvaro Oliver en estos primeros cinco meses de curso. Este profesional de la enseñanza es director del centro Ergos FP, en Dos Hermanas, que en sus diversas sedes suma 400 alumnos. Los estudiantes matriculados en sus enseñanzas posobligatorias tienen entre 16 y 25 años. Oliver, que desempeña el cargo de coordinador Covid, admite que sus instalaciones no han sido especialmente "maltratadas" por la pandemia. "En el primer trimestre, estuvo todo bajo control", refiere. 

Este panorama, sin embargo, cambió tras la vacaciones de Navidad, cuando registraron el pico más alto en cuanto a contagios. "Hace un mes se palpó el incremento de casos", recuerda Oliver, quien detalla que hubo que cerrar un grupo burbuja por indicaciones del centro de salud de referencia. De hecho, en esta tercera ola, el municipio nazareno tuvo que establecer el cierre perimetral y cesar toda actividad no esencial al superarse la tasa de 1.000 positivos por cada 100.000 habitantes. El centro Ergos había optado desde principios de curso por la semipresencialidad, lo que ha aliviado la conexión entre diferentes grupos burbuja y también ha permitido que en los accesos, tránsitos y descansos se hayan mantenido "las distancias sociales". 

Itinerarios señalizados para evitar aglomeraciones de alumnos. Itinerarios señalizados para evitar aglomeraciones de alumnos.

Itinerarios señalizados para evitar aglomeraciones de alumnos. / Juan Carlos Vázquez

La adaptación a este curso marcado por la pandemia no resultó fácil. Oliver resalta como "carencias fundamentales" la "excesiva improvisación" de la Administración, en la que pone de ejemplo la autorización que otorgó la Consejería de Educación para desarrollar la modalidad semipresencial en FP, una opción que se contempló "a escasos días" de que se iniciaran las clases, "con la consecuente problemática que ello conlleva en la organización de horarios y programación de la docencia por parte del profesorado".

En este apartado también incide en la necesidad de dotar a la educación de mayores recursos. "La enseñanza requiere de más inversión, de contar con una apuesta firme por parte de la Administración. Era un momento extraordinario para haber bajado la ratio en edades de escolarización obligatoria, se trata de una demanda del colectivo docente y la situación de Covid lo pedía a gritos", apunta Oliver. 

Los adolescentes, "los grandes damnificados"

Para este coordinador Covid, los adolescentes son "los grandes damnificados" de esta situación. "La semipresencialidad, efectiva para hacer frente al Covid, obliga a estar muy atentos a ellos, porque algunos son más autónomos y otros necesitan más apoyo y guía", refiere el director de Ergos, que opina que esta pandemia debe servir para valorar más la enseñanza presencial, por la carga emocional que incluye y el acompañamiento que con ella realizan los docentes. "La distancia lo vuelve todo más impersonal y vacío, carente de esa emoción que agita la motivación", añade. Esta pandemia, además, contribuye, según Oliver, a destacar importancia de la enfermería escolar: "Debería haber equipos de zona coordinados con los centros de salud, pero dedicados al ámbito educativo".

En este centro de FP tuvieron claro desde el principio que la coordinación Covid recaería en los equipos directivos para "no alterar el trabajo docente constantemente". "Se ha convertido en una responsabilidad más de tantas que se asumen a nivel burocrático. El profesorado tiene un nivel alto de implicación ya en otros aspectos relacionados con el coronavirus como para cargarlo también con esta responsabilidad", asevera Oliver, que subraya que no ha se originado ningún brote dentro de las aulas de Ergos y que los positivos confirmados se habían contagiado fuera. "El protocolo establecido ha evitado que la pandemia se propague al resto del grupo burbuja", afirma. 

Una responsabilidad a cargo de la dirección

La mayoría de los centros educativos ha optado por que la figura del coordinador Covid la desempeñe un miembro del equipo directivo, precisamente para lo que refiere Oliver, para no cargar con más tareas al claustro docente. Así ocurre en el CEIP Lepanto, de Mairena del Aljarafe, donde su secretario, Baeo Martínez, desarrolla tal responsabilidad. A este centro público acuden 429 alumnos y 34 profesores. "De los 70 casos sospechosos relacionados con incidencias producidas por el Covid, han sido positivos 19 estudiantes y dos docentes. El resto fue descartado", apunta Martínez.

También aquí la tercera ola de la pandemia es la que más se ha hecho notar. "Tras las vacaciones navideñas alcanzamos nuestro mayor pico de contagios. Hemos tenido que cerrar tres aulas, una de Infantil y dos de Primaria", detalla el coordinador Covid del Lepanto. Como dato significativo debe mencionarse que los centros educativos de Mairena del Aljarafe llegaron al final del primer trimestre con el reconocimiento Covid free, al no registrar ningún caso en sus aulas. Una situación que ha cambiado por completo con el nuevo año. 

Los responsables de un colegio reciben a los alumnos con gel hidroalcohólico. Los responsables de un colegio reciben a los alumnos con gel hidroalcohólico.

Los responsables de un colegio reciben a los alumnos con gel hidroalcohólico. / Juan Carlos Vázquez

En este colegio, para la coordinación Covid se dispone de un cupo de cinco horas semanales. Un tiempo, no obstante, que no llega a ser suficiente para esta función. Martínez reconoce que ha tenido que resolver dudas y atender llamadas, prácticamente, "a cualquier hora y cualquier día de la semana, incluso sábados y domingos". La principal complicación, como se refirió antes, se produjo antes de que comenzara el curso. "Los propios centros tuvimos que gestionar y proveer tanto los equipos de protección individuales como los que se necesitaban para crear espacios seguros. A esto hay que añadir que las instrucciones que nos llegaban desde la consejería cambiaban cada semana. Resulta evidente que esto creaba desconcierto y generaba dudas a la hora de poner en práctica el protocolo Covid", recuerda el secretario del CEIP Lepanto, quien, no obstante, reconoce que "una vez que hemos avanzando y las pautas han sido claras, todo ha funcionado mejor".

De esta primera mitad de curso destaca la colaboración y "comprensión" que ha ofrecido siempre la AMPA, así como la labor desempeñada por la persona de enlace del centro de salud de referencia, y ello, pese a la elevada carga de trabajo que ha soportado en más de una ocasión. "Bien es cierto que ha habido momentos, cuando la curva de contagios era mayor, en los que la fluidez y la celeridad se veían afectadas. Algo normal, ya que para Mairena del Aljarafe había dos enlaces sanitarios que llevaban 58 centros, porque no sólo se dedicaban a colegios e institutos", incide Martínez, quien explica que desde que comenzó el segundo trimestre ya cuentan con otra enfermera de referencia. 

A cualquier día y hora

Ana María Fernández es directora y coordinadora Covid del CEIP Blanca de los Ríos, en San José de la Rinconada. Su colegio es el que cuenta con un mayor número de alumnado y docentes de este municipio de la Vega sevillana. A él acuden a diario 605 niños y 40 maestros. Como en la mayoría de los centros educativos, durante la primera mitad de curso no se ha originado ningún brote en sus instalaciones. Los contagios se han producido el entorno más cercano del alumno: familia y amigos. "Hemos tenido una misma clase de Infantil en cuarentena en dos ocasiones diferentes, y otra de Primaria durante una semana. Es lo más grave que hemos vivido en este colegio", señala Fernández, quien puntualiza que "esto no significa que no se hayan registrado positivos, pero la mayoría de los casos han sido alumnos que ya estaban en casa guardando cuarentena por el positivo de un familiar".

En el Blanca de los Ríos el cupo de horas para la coordinación Covid alcanza el máximo contemplado por la Junta: siete. Pero este límite se excede con frecuencia. "Es un cometido que carece de horario. Se realizan las gestiones de un caso positivo cuando nos llega la información y esto puede ser por la tarde, noche y en el fin de semana", destaca la directora del colegio, quien recuerda que, recientemente, durante la mañana de un sábado, mantuvo una videoconferencia con las familias de una clase para explicarles una situación que era "complicada" aclarar de otra forma. Y ello se debió a que "las medidas que hay que tomar deben estar en funcionamiento, a ser posible, antes de que los alumnos se incorporen a clase el próximo día".

La nueva responsabilidad que desempeña este curso la ha obligado a dejar de dar clase. "Los menores que terminan sexto de Primaria han sido mis alumnos desde que empezaron en primero. Yo he sido su 'teacher' durante cinco cursos. Mi ilusión era terminar esta etapa cumpliendo dicha función", lamenta Fernández, a quien le parece "una falta de respeto" haber seguido dando clases sin la garantía de que no se interrumpiera al verse obligada a atender un caso Covid.

"Un reconocimiento administrativo"

En este sentido, la directora del Blanca de los Ríos considera que la coordinación Covid "debería tener un reconocimiento de tipo administrativo". "No hablo de retribuciones en absoluto", sino una forma de destacar la "sobrecarga" emocional y psicológica "inconmensurable" de quien realiza tal cometido. "El trabajo físico se lleva bien porque, al fin y al cabo es eso, trabajo. La parte de sobrecarga emocional y de exigencias de alguna familia, e incluso algún compañero de trabajo, es lo que peor se lleva, o al menos, es lo que peor llevo yo". Fernández explica que la coordinación Covid la han asumido en la mayoría de los centros los directores porque "sabíamos la carga que iba a suponer y lo más honrado era que la sufriéramos nosotros". "Esta palabra, sufriéramos, se ha convertido en una realidad total y absoluta", agrega.

"Los directores de los centros educativos somos docentes, no somos ni sanitarios ni técnicos en riesgos laborales. Para mí, supuso una grandísima carga, ya que recaía a mis espaldas un trabajo para el que no estoy formada y eso podía significar que lo hiciera mal", señala Fernádez. Ante tal situación, antes de que comenzara el curso, el equipo directivo del Blanca de los Ríos decidió contratar a la misma empresa que hizo en su momento nuestro el plan de autoprotección del colegio. "Esto nos dio tranquilidad y seguridad", admite.

Estudiantes en la puerta de un instituto sevillano para comenzar el curso. Estudiantes en la puerta de un instituto sevillano para comenzar el curso.

Estudiantes en la puerta de un instituto sevillano para comenzar el curso. / Juan Carlos Vázquez

Otra de las carencias sufridas estos meses ha sido la de contar con un único referente sanitario para un gran número de centros de la localidad, en horario de 09:00 a 15:00. "Este horario es meramente orientativo, ya que el referente sanitario de nuestro colegio me ha atendido cualquier día y a cualquier hora, más allá de sus obligaciones", destaca la coordinadora Covid, quien critica que "teniendo en cuenta lo que se nos está exigiendo a los centros durante este curso, deberíamos haber dispuesto de un referente sanitario en cada colegio". 

Testimonios de una nueva figura que sólo la evolución de la pandemia confirmará si se mantiene los próximos cursos o quedará en la historia de la educación. Lo que tienen claro los cuatro coordinadores Covid es que esta experiencia ha demostrado la gran capacidad de adaptación que poseen los alumnos. Especialmente, los de más corta edad: "Nos han dado una gran lección a todos los adultos".

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