La prisión de Sevilla-I ha autorizado a partir de mañana que los internos puedan disfrutar de permisos ordinarios, una medida que se había suspendido el pasado 6 de noviembre ante la virulencia de la segunda ola de la pandemia del coronavirus.

El director del centro penitenciario ha comunicado a la población reclusa que la medida se volverá a poner en marcha a a partir de mañana viernes y, en principio, serán unos 90 internos los que van a disfrutar durante los meses de diciembre y enero de 2021 de permisos de salida "con el fin de continuar con el tratamiento penitenciario y consigan vivir al margen del delito y no reiterar en su conducta delictiva".

Tras las restricciones impuestas por el estado de alarma, el ámbito penitenciario, al igual que el resto de ámbitos de la sociedad, "necesita una reorganización de hábitos y rutinas coincidiendo con las próximas fechas navideñas, con el fin de continuar con el tratamiento penitenciario necesario y primordial para la reeducación y reinserción social de los privados de libertad", ha asegurado el director de Sevilla-I, José Luis Castejón, en la comunicación realizada a los funcionarios y a los internos del centro.

El contacto del interno con el entorno socio familiar de referencia, ha proseguido, es muy necesario durante el tiempo de reclusión. "Los permisos ordinarios de salida, junto a las intervenciones terapéuticas de distinta índole, son en la mayoría de los casos, elementos claves en la reeducación de los penados", ha insistido.

El número de internos autorizados a salir en las fechas señaladas está supeditado al número de plazas habilitadas para el cumplimiento del necesario período de cuarentena al regreso de estos permisos, con el fin de adoptar las medidas sanitarias pertinentes al igual que la población general. En cualquier caso, Sevilla-I ha realizado una esfuerzo para que estos 90 internos puedan disfrutar durante los meses de diciembre y enero próximo de los permisos de salida.

Aunque se han autorizado estos permisos, Sevilla-I mantiene la suspensión de los encuentros "vis a vis" de los internos con sus familiares y cónyuges, dado que se considera que en estos momentos de la segunda ola de la pandemia estos encuentros continúan siendo un riesgo para la salud de la población reclusa y de los trabajadores del centro penitenciario.