Suena a postureo, pero es algo más. Culturear es una estrategia para incentivar el consumo de actividad cultural entre los sevillanos. Un concepto que, no obstante, tiene un tinte de mercadotecnia, pues busca también que la imagen de la ciudad se identifique con la cultura desde fuera. Culturear se define como el arte de disfrutar la cultura en Sevilla, que se quiere vender al resto de España y el mundo como algo más que una ciudad monumental.

La campaña pertenece al Ayuntamiento de Sevilla, que acaba de lanzarla en redes sociales. “La cultura  es una forma de estar en el mundo, es ser sensible a las cosas que nos rodean, desde un músico callejero a una ópera o una iglesia barroca”, explica el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, para quien la campaña brinda la oportunidad de descubrir de otra forma la ciudad, fuera y también dentro.

De hecho, la acción está diseñada en el contexto actual, marcado por la pandemia, por lo que los primeros destinatarios serán los sevillanos, el público local, dada las restricciones que el Covid aún impone en los desplazamientos y viajes. A lo largo del año irá desarrollando microcampañas específicas vinculadas con la cultura en las que participarán creadores, artistas o referentes del sector. Una vez que el concepto ya se pasea por el universo virtual y algunos mupis repartidos por la ciudad, lo siguiente es poner el foco en la primera microcampaña, que se centrará en el patrimonio.

Sin duda, es uno de los grandes activos de la ciudad. Una seña de identidad que aporta un valor añadido al turismo y un plus a los productos culturales. La campaña hace un guiño a esa ciudadanía que con mascarilla y distancia social está paseando la ciudad, visitando activos patrimoniales que sabía que existían pero de los que no había disfrutado tan intensamente como en los últimos tiempos.

Así, el itinerario promocional de la ciudad recorre lugares significativos dentro del patrimonio, algunos más desconocidos para el ciudadanos de a pie, como el Pabellón Real, la iglesia de Santa Catalina, el monumento a Martínez Montañés o la Muralla de la Macarena, así como las Victorias Aladas, la Torre de Don Fadrique, la Casa Consistorial, la Fábrica de Artillería, el Real Alcázar (con paradas en el cenador, estanque y Jardín del León) o el Monumento a la Tolerancia del Muelle de la Sal. 

El fin de esta estrategia es mostrar la Sevilla patrimonial para favorecer el conocimiento de esta herencia cultural entre el mayor número posible de personas. Una invitación a pasear la ciudad y descubrir espacios y monumentos, generando conciencia sobre su relevancia, diversidad y necesidad de preservación.

En definitiva, se trata de despertar el orgullo del sevillano y convertirlo en el mejor embajador de la ciudad. A lo largo del año se irán desarrollando campañas centradas, por ejemplo, en Sevilla como ciudad de los teatros, un poderoso argumento para una capital que, tras Madrid o Barcelona, es la que cuenta con un mayor número de espacios escénicos. También como ciudad de la lectura y de las librerías, en un claro gesto de apoyo a los empresarios del sector en esta crisis; de la música, que además de sus prestigiosas orquestas cuenta con amplio repertorio de ópera inspirada en la ciudad; o del cine, pues además de su festival, es un escenario privilegiado para la industria del cine, albergando rodajes que dan una filmografía extensa para articular muchas rutas turísticas.

Evitar el apagón

La campaña municipal busca la conexión del público también con una diversa agenda cultural y con sus expresiones más contemporáneas, en clave de presente, y que se pueden encontrar en los ámbitos de las artes plásticas, la literatura, el cine o el flamenco.

Desde el inicio de la pandemia, la apuesta municipal por la cultura ha sido clara. Lejos del apagón cultural, Sevilla ha venido contando en los últimos meses con una intensa programación y la campaña Culturear pretende continuar con esta estrategia que ya se definió en el marco del Plan 8 de impulso del turismo en Sevilla.

Eventos como la Bienal de Flamenco y el Festival de Cine de Sevilla son un ejemplo, a nivel internacional, de cómo gestionar la cultura en estos tiempos de pandemia. Un contexto al que el Ayuntamiento se ha enfrentado bajo la firme convicción de que la cultura es segura. Durante el periodo estival se reactivó la cultura impulsando la mayor programación organizada en los últimos años. Veraneo en la City era la antesala del Otoño Cultural que ha permitido a las ciudadanas y los ciudadanos disfrutar de eventos como Perfopoesía, Circada, Mitin o el Festival de Swing o las programaciones de los teatros municipales y las exposiciones en salas.

“Es muy gratificante ver, por ejemplo, el Teatro de la Maestranza lleno,  conforme al aforo permitido, en una función de ópera un domingo a las 12 del mediodía. O la presentación de una novela al aire libre, en las escalinatas de las setas de la Encarnación llenas de gente”, comenta el delegado para quien el binomio de cultura y turismo es una poderosa herramienta para vender la ciudad con vistas a la recuperación económica.