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Cae en Jerez la banda que voló cajeros por media Andalucía

  • Un operación de la Guardia Civil y la Policía Nacional desmantela el grupo que lideraba el chileno El Idígoras. El ADN del jefe del grupo, hallado tras un atraco, fue la pista clave

Desarticulada una organización dedicada a explosionar cajeros automáticos

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional han llevado a cabo la fase de explotación de la que se ha denominado operación Missouri-batería, en la que se ha desarticulado una organización criminal dedicada al robo en cajeros de entidades bancarias mediante la explosión con gases. En Jerez han sido detenidos un súbdito chileno conocido como El Idígoras y considerado el jefe, su mujer, también chilena (ya cumple pena en Portugal por atracos) y se le imputan estos hechos, una española nuera de El Idígoras y un súbito marroquí que les facilitaba tarjetas telefónicas con falsas identidades. Tiene su tienda en el centro de Jerez. Los integrantes de este grupo empleaban disfraces para evitar ser identificados y material explosivo e inflamable para acceder al dinero que se encontraba en el interior de los cajeros automáticos. En la operación han sido detenidas en Sevilla otras dos personas de ascendencia chilena.

Se ha procedido al registro domiciliario de cuatro viviendas (dos de ellas en Jerez, en la plaza Kiyosu, en la zona de Chapín) y otra en Sevilla (el Parque Alcorsa) y un trastero alquilado (carretera de Utrera) donde ocultaban numerosa documentación falsa (pasaportes, permisos de conducir y cartas de identidad de distintos países) bombonas de acetileno, pinzas de cableado, mangueras, baterías de coche y varillas metálicas, los disfraces y las máscaras empleados en los robos, herramientas especializadas, ordenadores, teléfonos y dinero. La detención en Jerez se realizó con grandes medidas de seguridad.

Usaban gas acetileno

La operación se inició tras mantener una serie de contactos entre ambos cuerpos policiales al constatar la existencia de un grupo criminal que podría ser responsable de varios robos con fuerza cometidos en cajeros automáticos de distintas localidades andaluzas, en los que habrían utilizado explosivos para acceder al dinero, y que atendiendo a su forma de actuar, podría ser obra de un mismo grupo delictivo con cierto nivel de organización con conexiones incluso con delitos perpetrados en Cataluña.

Continuando con las investigaciones, agentes de la Policía Científica identificaron un perfil de ADN que situaba al principal sospechoso en un atraco cometido en una oficina de una entidad bancaria de la ciudad de la Ciudad del Transporte Jerez en el que cuatro individuos (dos de ellos armados con una escopeta recortada y otro con un cuchillo de grandes dimensiones) accedieron al interior y ataron de pies y manos a un empleado y a un cliente para llevarse el dinero que se encontraba en las cajas fuerte.

Cabe destacar que los atracadores iban ataviados con unos disfraces y máscaras muy característicos para evitar ser descubiertos y que actuaron de forma rápida y conjunta, entrando en el establecimiento aprovechando un momento de poca afluencia de público para, mediante amenazas, poder obtener el botín y huir del lugar antes de que las fuerzas y cuerpos de Seguridad fueran alertados y llegaran al lugar de los hechos.

Asimismo, estos individuos emplearon el mismo disfraz para cometer varios robos con fuerza en cajeros automáticos de distintas sucursales bancarias ubicadas en varias localidades de algunas provincias andaluzas como Jerez, Conil, Sevilla capital, Benacazón (Sevilla), Antequera (Málaga) y Lopera (Jaén) hasta contabilizar un total de ocho robos de este tipo. En Jerez volaron dos cajeros: uno en las inmediaciones del Olivar de Rivero (junto a la urbanización Avenida de Arcos) y otro en las instalaciones de la clínica Asisa.

Sorpresa en Portugal

Posteriormente, las investigaciones desvelaron, tras la detención de tres atracadores en Portugal, que el líder de la organización investigada recompuso su grupo, que cayó por los atracos a los bancos. Entre ellos estaba la mujer del líder, Carmen R.G., que también reventó cajeros. Por ello trajo desde Chile a dos personas de su máxima confianza, especialistas en el robo de cajeros automáticos mediante la explosión con gases inflamables.

Igualmente, los agentes constataron que la organización empleaba para sus desplazamientos y labores de vigilancia sobre sus próximos objetivos, vehículos de alquiler obtenidos con documentación falsificada y a los que en ocasiones cambiaban las placas de matrícula por otras robadas. De esta forma, cometieron varios robos con fuerza en los cajeros automáticos ya reseñados.

Cada uno de esos robos se llevaba a cabo empleando material explosivo e inflamable, concretamente gas de acetileno que inyectaban mediante tubos de goma en los cajeros. Luego utilizaban unas varillas conectadas a una batería de coche como detonante del compartimento.

Una vez explosionado el cajero, los delincuentes empleaban diversas herramientas especializadas como mazas, hachas, palanquetas, cizallas, cinceles o destornilladores para acceder hasta el dinero y salir huyendo del lugar en los vehículos.

Incluso fabricaban multitud de tetrápodos afilados con el objetivo de tirarlos en la carretera en el caso de ser perseguidos por las fuerzas de seguridad y de ese modo reventarles las ruedas.

Las detenciones

Gracias a los vestigios hallados en el lugar donde se cometieron los robos así como a algunos datos obtenidos en relación a los vehículos empleados durante los mismos, los agentes procedieron a la detención de seis individuos, la mayoría de origen sudamericano, como sospechosos de haber participado en los asaltos.Fruto de estas detenciones, los agentes han evitado la comisión de un nuevo golpe en la localidad de Bonares (Huelva). La que la organización ya contaba con toda la infraestructura necesaria para ese robo.

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