Fallece Reyes García de Castro, fundadora de Sevilla Acoge

Reyes García de Castro Martín-Prat, fundadora de Sevilla Acoge y presidenta de la Fundación Cepaim, falleció el pasado lunes a los 62 años, víctima de una enfermedad que le fue detectada hace un año.

Creadora de la primera organización nacional en trabajar con inmigrantes, Reyes estableció sus primeros contactos hace más de 24 años en Malí, donde estuvo trabajando durante más de 10 años. Después volvió a España a principios de los años 80, y decidió fundar una organización dedicada a apoyar y trabajar con inmigrantes, empezando su andadura con un grupo de amigos en Sevilla Acoge. Con el tiempo, fue creando otras organizaciones parecidas en Andalucía y luego en España y en los años 90 creó la Federación Andaluza de Acoge, con el fin de aglutinar el trabajo que realizaba la fundación en la comunidad autónoma. Asimismo, Reyes compaginó su trabajo con la presidencia de la Fundación Cepaim, cargo que ostentó durante más de tres años, una organización que engloba a otras muy importantes a nivel nacional y europeo y que trabaja también con inmigrantes.

Según explicó ayer el presidente de Sevilla Acoge, Omar el Hartiti, Reyes fue una "mujer luchadora, que ha destacado por sus posiciones sobre algunos puntos de la ley de extranjería". Los amigos y los familiares despidieron en el tanatorio de San Jerónimo a esta mujer luchadora con la celebración de una eucaristía.

Reyes García de Castro siempre había trabajado en pos de encauzar una de las claves de nuestro tiempo: la inmigración. En 1978 viajó a a la región subsahariana para trabajar durante cinco años en Alto Volta en una experiencia piloto de Formación Profesional para jóvenes, una experiencia que cambió su vida. "Allí descubrí que la gente estaba dispuesta a ayudarme para asumir sus costumbres y sus habilidades sociales; tomé conciencia de que cuando regresara a España debería hacer lo mismo con los africanos que llegaran", comentó la difunta en una entrevista a este periódico.

Desde entonces, miles de personas, con nombre y apellido como a ella les gustaba llamar, se han beneficiado de su servicio de primera acogida, el servicio jurídico o el de orientación laboral entre otros, con la convicción de que "cuando se acusa a los inmigrantes de vivir en guetos se olvida de que los sevillanos también los crean para sí mismos" .