"Felipe y yo estudiábamos en la farmacia de la Puerta Osario"

Los invisibles · Eduardo del Campo Zapata

Finalista de un premio que ganó Umbral, hizo retretes y bañeras en Barcelaona y ha celebrado las bodas de oro de su promoción de Derecho.

Foto: J.A. García
Foto: J.A. García
Francisco Correal

06 de septiembre 2014 - 01:00

SU madre, Esther Zapata, le decía a Eduardo del Campo (Sevilla, 1942), que si hubiera seguido pegado a Felipe, su compañero de la promoción 59-64, "ahora serías ministro". Nunca lo fue, pero sí muchas otras cosas.

-¿Por qué estudia Derecho?

-Me lo sugirió el prefecto de los Escolapios, el padre Ceferino, no me gustaban las Matemáticas.

-¿Intuyó que aquella clase daría que hablar?

-En 1959, en pleno franquismo, con 17 años, estamos todos acarajotados perdidos. Todo empieza en tercero, con la huelga de 1962 en Asturias y la encerrona que le hacemos a Fraga cuando viene a dar una conferencia.

-Dice Guerra en sus Memorias que ahí conoce a Felipe...

-Cuando nos vamos a las milicias universitarias, estamos fichados.

-¿Trató a Felipe?

-Teníamos mucha amistad. Felipe González y yo nos reuníamos para estudiar en la farmacia de Antonio Alva en la Puerta Osario. El hijo del farmacéutico era de la clase. Nos daba centramina. Te entraba mucha euforia y después no te acordabas de nada.

-¿Dónde empieza de abogado?

-Estando en quinto, entro de pasante al despacho de Manuel Rojo Cabrera, en la calle Santa Ana. Lo primero que me pasa es el sumario del Tarta, al que han ejecutado por el crimen de las estanqueras. Cuando acabo la carrera, me doy de alta en el Colegio y soy el abogado más joven de Sevilla.

-¿Y sus inquietudes políticas?

-Más por la práctica social que por Marx y Engels. Hay una manifestación de estudiantes y expulsan de la Universidad a dirigentes estudiantiles. Por medio de Cossío, me convierto en abogado de los estudiantes. Se reúnen en mi despacho y escriben en mi máquina sus panfletos. Soto y Saborido me dicen que tienen intención de montar un despacho de abogados laboralistas.

-¿Competencia del de Capitán Vigueras?

-Mucho antes. En la calle Alonso el Sabio, antes Burro. Yo era el más liberado, estaba soltero y tenía más tiempo. Mis amistades del movimiento obrero vienen de entonces: taxistas, panaderos, la huelga del tranvía. Me pasaba todo el día en Magistratura y no ganaba un pleito. Escribí un cuento sobre aquello para un concurso del club Tartessos. Quedó finalista. Lo ganó Francisco Umbral.

-¿Una vida de novela?

-A mi pesar. La Policía venía detrás mía no por mí, sino por mi archivo, donde estaban los nombres y direcciones de mucha gente. Quemo físicamente el archivo, me pongo a trabajar en la construcción, haciendo las Tres Mil Viviendas, y paso a la clandestinidad. Soy Agustín.

-¿De abogado a albañil?

-Las dos cosas. El PTE me propone irme a Barcelona. Allí había una facilidad de encontrar trabajo tremenda. De encofrador y después en Roca Radiadores, en Gavá, haciendo primero retretes y después bañeras. Y en junio de 1969 me detienen.

-De la promoción de Felipe, tienen el récord entre rejas.

-Me mandan a Carabanchel, allí coincido con Marcelino Camacho. En mi juicio estuvo Felipe. Me defendió Roca Junyent.

-El mismo abogado que la infanta Cristina...

-Espero que salga mejor parada. Me pidieron tres años y cumplí dos menos dos meses. Me mandan a Jaén, una verdadera universidad. Allí leo todos libros de todos los colores, toda la gama de rojos, claro, en tapas de libros religiosos y de Corín Tellado. De Jaén a Palencia. Allí podían salir a la calle, ventaja que me negaron por haber participado en la cárcel de Barcelona en el boicot el día de la Merced a un partido de baloncesto entre presos y jugadores del Barcelona. En el otoño de 1971 me dan un billete de tren.

-¿Y vuelta a Sevilla?

-Por poco tiempo. El PTE monta un despacho de abogados en Madrid. Allí me caso y tengo a los tres niños. Un despacho potente, con trece abogados y doce auxiliares. Muchas reuniones las hacíamos en el despacho de Atocha. En 1979 regreso a Sevilla.

-El año de las municipales inicia su nueva vida municipal...

-Primero como secretario del Ayuntamiento de Lebrija, donde el PTE de Antonio Torres sacó mayoría absoluta. Me presento a una plaza de abogado en el Ayuntamiento de Sevilla. Me elige una comisión de concejales donde había abogados como Eugenio Alés o Juan Carlos Aguilar. Me mandan al Negociado de Vivienda porque pensaban que en Personal la iba a liar, hasta que me reclama Curro Rodríguez.

-Felipe debió nombrarlo ministro. Ha tocado todos los palos en el Ayuntamiento...

-Estuve en Cultura, con Cita en Sevilla, Rojas-Marcos me mandó a Turismo, hice la Bienal de Copete, el Plan Estratégico con Marchena, y me jubilé como jefe de servicio de Presidencia.

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