Sevilla

La Gerencia debe liquidar a la constructora del centro cívico de La Ranilla

  • Una sentencia del TSJA reconoce el derecho de la empresa a recibir 18.000 euros como saldo final del contrato de obras

Vista aérea del centro cívico ubicado en el mismo solar de la comisaría y del parque de La Ranilla.

Vista aérea del centro cívico ubicado en el mismo solar de la comisaría y del parque de La Ranilla. / juan carlos vázquez

La constructora que levantó el centro cívico de La Ranilla deberá recibir una liquidación por el final del contrato de unas obras realizadas en los terrenos del antiguo centro penitenciario y que fueron inauguradas en los primeros días de 2013. Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) reconoce el derecho de la empresa Copcisa S. A. a percibir 18.542 euros de la Gerencia de Urbanismo como saldo de liquidación favorable. Esta resolución del Alto Tribunal andaluz dictada el 10 de noviembre de 2016 responde a una sentencia anterior que desestimaba el recurso administrativo contra la desestimación por silencio de la petición de abono de la liquidación final del contrato de obras del proyecto básico y de ejecución del inmueble municipal.

La polémica ha envuelto la construcción del centro cívico ubicado entre la Ronda del Tamarguillo y la calle Benlliure desde la colocación de la primera piedra bajo el mandato del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín. Su apertura al público se produjo tras acumular dos años de retraso. Las obras del edificio, previstas en un principio para finales de 2010, concluyeron en verano de 2011 y estuvieron bloqueadas hasta agosto del siguiente año, cuando el Ayuntamiento aprobó una modificación presupuestaria para la compra del mobiliario necesario para su puesta en funcionamiento. La otra gran traba que existía para su inauguración era la incapacidad para contratar el personal imprescindible para el mantenimiento del inmueble municipal. Con unas inversiones congeladas y una tasa de reposición cero para el personal, el Consistorio solucionó este contratiempo mediante la redistribución de los trabajadores de la red de centros cívicos repartidos por la ciudad.

La apertura al público del inmueble municipal se produjo tras acumular dos años de retraso

La empresa catalana contó para la construcción del edificio con una inversión de 3,5 millones de euros procedentes del extinto Fondo Estatal de Inversión Local. El centro cívico cuenta con más de tres mil metros cuadrados y consta de planta semisótano, donde se ubican camerinos, salas de ensayo, zonas de almacén, mantenimiento y personal; una planta baja que acoge el salón de actos, la sala de usos múltiples, los talleres, las oficinas, los almacenes, la administración y los servicios varios; y una planta alta con biblioteca, sala de estudio, despachos, talleres y zona de mantenimiento y servicios varios del edificio.

El inmueble, que se levanta en un solar donde se ha construido también una comisaría de la Policía Local y una de las zonas verdes más importantes con las que cuenta este enclave de la ciudad muy castigado por el tráfico, tuvo un cambio de nombre la primavera pasada. La junta de gobierno aprobó el pasado mayo cambiar su denominación por la de centro cívico sindicalistas Soto, Saborido y Acosta. El centro da servicio a los vecinos de Nervión y de los barrios de La Candelaria, Madre de Dios y Los Pajaritos.

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