El Hospital Virgen Macarena apuesta por la inmunoterapia como línea de investigación para tratar el Párkinson, un trastorno del movimiento de origen desconocido que afecta de manera progresiva al sistema nervioso y que suele aparecer a partir de los 60 años.

De esta manera, la Unidad de Trastornos del Movimiento del centro hospitalario participa en varios ensayos clínicos internacionales que abogan por esta vía terapéutica donde se pretende bloquear la proteína que se acumula de forma anómala en el sistema nervioso en esta enfermedad.

En esta línea, la citada Unidad, que pertenece al Servicio de Neurología y que actualmente asiste a más de 300 pacientes del Área Hospitalaria Virgen Macarena, participa en varios estudios internacionales como los ensayos clínicos PASADENA y PADOVA, donde se estudia el papel de un determinado medicamento como tratamiento dirigido al bloqueo de la Alfa-Sinucleína, nombre de la proteína que se acumula.

Otro ensayo en el que participa el hospital sevillano es el estudio PD0053, dirigido a investigar el papel de una nueva molécula oral en la modificación del plegamiento de esta proteína.

Una enfermedad infradiagnosticada

El Párkinson, enfermedad que se caracteriza por el afloramiento de problemas motores como temblores, lentitud de movimiento, rigidez y complicaciones en la marcha, es actualmente la segunda patología neurodegenerativa más frecuente con al menos 150.000 personas diagnosticadas en España.

Uno de los principales problemas en el tratamiento de esta enfermedad, de la que este lunes se celebra su día mundial, es la dificultad de su detección precoz y que, una vez diagnosticada, aún no se ha conseguido paralizar su evolución. En este interés, el Macarena, a través de su Unidad de Trastornos del Movimiento, participa en estos ensayos clínicos que mediante la inmunoterapia pretenden detener la progresión de la patología en pacientes con síntomas iniciales.

La Sociedad Española de Neurología estima que más del 50% de los nuevos casos anuales aún no se han detectado, principalmente por la ausencia de temblores, la confusión con otras patologías o la falta de pruebas complementarias específicas para esta dolencia.