Imagen, una calle para el debate
La protección otorgada por Urbanismo reabre la polémica sobre una vía diseñada en los 50 bajo los cánones de un estilo moderno tardío
"Piezas de gran interés por su modernidad e impronta en la ciudad". Así define la Gerencia de Urbanismo los edificios que componen la calle Imagen y a los que ha otorgado un nivel C en el plan de protección del subsector de la Encarnación. La calificación ha reabierto el debate iniciado a mediados del siglo pasado, cuando se configuró esta vía para ensanchar una zona colmatada hasta entonces de calles estrechas. La polémica sigue latente hoy día, cuando hay quienes se posicionan tanto a favor como en contra del estilo por el que se optó, lo que supuso una clara ruptura con la arquitectura del XIX, regionalista e historicista que impera en el entorno.
Más de medio siglo después de que las grandes capitales españolas construyeran sus grandes ejes de comunicación (la Gran Vía en Madrid y la Diagonal en Barcelona) Sevilla hizo lo propio en el tramo que discurre entre la parroquia de San Pedro y la Plaza de la Encarnación. Desde entonces no han dejado de existir críticas y argumentos que defienden el estilo moderno -también llamado internacional- con el que fue concebida la calle Imagen, similar al usado en Los Remedios -bloques de pisos de varias plantas bajo los que discurren galerías con soportales- y que se había empleado anteriormente en numerosas ciudades europeas y norteamericanas.
"Es el resultado de una propuesta arquitectónica que responde a su época", explica el arquitecto y escenógrafo Juan Ruesga, quien defiende que en esta calle hay "buenos y aceptables" edificios. Entre ellos, destaca los dos que se encuentran en la esquina con la Plaza de la Encarnación, uno de los cuales fue la sede de la Caja de Ahorros San Fernando, cuyo diseño se debe a los arquitectos Rafael Arévalo e Ignacio Costa. A ellos añade el también polémico Colegio de Arquitectos, finalizado a mediados de los 80 y que fue el resultado de un importante concurso: "Es un edificio que resuelve bastante bien las dos alineaciones distintas de la calle Imagen y la Plaza del Cristo de Burgos".
En el lado contrario se posiciona Jorge Benavides, arquitecto e historiador de este arte, quien asegura que la calle Imagen "no aporta nada al urbanismo de Sevilla", pues se trata de "un testimonio tardío de la aplicación de los principios del movimiento moderno y de la Carta de Atenas". "Ésta no comprendió el valor del tejido urbano ni del entorno que solamente en los años 70 la Escuela Italiana lo destaca. Desde entonces la protección de los centros históricos recuperó su importancia, actualidad y vigencia", destaca Benavides. Este historidador de la arquitectura mantiene que el nivel de protección otorgada a los edificios de esta calle dista mucho de la opinión ciudadana: "Si la Gerencia de Urbanismo hubiese hecho una encuesta a los sevillanos sobre esta calle, los resultados habrían sido negativos. Todo lo contrario sucedería si la consulta se hace sobre la Avenida de la Constitución, abierta hace un siglo, cuando las vanguardias estaban en pleno auge".
Si para Benavides Imagen es "un fragmento extraño al centro histórico", para el pintor y académico de Bellas Artes Juan Lacomba se trata de un ejemplo de "buena arquitectura" y de un estilo "con pocos registros en la ciudad". "Como ocurre con la Plaza de Cuba, los sevillanos no la valoran porque desconocen el interés del movimiento moderno, simplemente consideran que se trata de un contraste, pero lo cierto es que esta arquitectura, con el tiempo, va tomando interés", incide el pintor.
Lacomba también defiende el Colegio de Arquitectos como ejemplo de "buena arquitectura", aunque opina que su ubicación "no es la más adecuada", dentro de una plaza en la que predomina el estilo decimonónico. Más crítico se muestra con las setas, ejemplo -según él- de "mala arquitectura moderna, puesto que la simbiosis con el lugar en el que se levanta es horrible". "Hubiera quedado ideal en el Parque Alcosa", apostilla.
Para Carlos Colón, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, miembro del consejo editorial y columnista de Diario de Sevilla, la calle Imagen "simboliza una intepretación cateta y acomplejada de la modernidad". "Levantar bloques de pisos en pleno centro histórico no tiene nada que ver con la modernidad", explica Colón, quien contrapone la configuración de esta vía a la de Laraña, "un ensanche en diálogo con su entorno, pues, salvo excepciones, respeta la arquitectura del XIX así como los movimientos racionalistas y regionalistas que imperaban antes".
En su opinión, la calle Imagen equivale a las grandes vías que Mussolini abrió en Roma en la llamada época del sventramento, que alude al "destripamiento" del patrimonio . "Resulta desconcertante que Urbanismo defienda ahora la visión tan cateta del desarrollismo que imperó en la dictadura franquista", recalca.
Sin embargo, para Juan Castro, miembro de la comisión de patrimonio local y director de la rehabilitación de la Alameda, "las obras hay que analizarlas en el tiempo en el que se concibieron". "La ciudad estaba cambiando, el ensanche era una necesidad", incide Castro, quien asegura que en esta vía "hay una arquitectura interesante, con algunos edificios de Espiau". "En Sevilla sólo valoramos la arquitectura regionalista", asegura este especialista, que da su aprobado al Colegio de Arquitectos: "Está contextualizado en el espacio y en el tiempo".
Nada que ver tiene esta opinión con la del arquitecto Rafael Manzano, a quien le parece "insólito" que la Gerencia proteja los edificios de Imagen. "Son de una calidad infame desde el punto de vista arquitectónico", resalta Manzano, quien define esta calle como "un ejemplo de lo que nunca se debería haber hecho en Sevilla, pues se trata de una interpretación imitativa, tardía y torpe de la modernidad".
Opiniones al margen, lo cierto es que el aspecto que ofrece actualmente esta calle no es el más adecuado para una arteria principal del centro de la ciudad. A plena luz del día se ha convertido en un tramo atestado en sus aceras de furgones para la carga y descarga. El arquitecto Juan Ruesga sugiere que al desaparecer parte del tráfico que soportaba esta vía, se estreche la calzada y se amplíe el acerado para acoger los veladores y éstos desaparezcan de los soportales.
Una medida bien distinta es la que propone Carlos Colón, para quien una de las "soluciones" que contribuiría a disimular el aspecto de Imagen es colocar una "pantalla verde", es decir, árboles de gran altura que dejen poco visibles los edificios, algo poco probable tras la protección dada por Urbanismo.
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