Sevilla

La Junta aprecia riesgo potencial para los trabajadores de Diego de Riaño

  • Un informe oficial de la Consejería de Empleo sobre el edificio municipal reconoce la posiblidad de que el estado del inmueble suponga un peligro "grave" o "inminente" para la integridad física de los empleados

El informe de la Junta de Andalucía sobre el estado del edificio de oficinas municipales situado en Diego de Riaño 10 no deja lugar a dudas: la situación "pudiera suponer un riesgo grave o inminente para la integridad de los trabajadores".

El pasado 27 de abril, un grupo de funcionarios de la Junta -acompañados por el jefe de los Edificios Municipales, Idelfonso Rodríguez, y dos miembros del Comité de Seguridad y Salud del Ayuntamiento de Sevilla- realizaron una "inspección visual" al inmueble para comprobar sobre el terreno el estado en el que éste se encuentra después de que fuera desalojado recientemente por los temblores que provocó una obra cercana. Sin embargo, la visita no fue del todo satisfactoria debido que sólo se pudo acceder "a la caja de escaleras que dan acceso a los distintos halls de cada planta, hasta llegar al quinto piso en el que hay un despacho en el ala derecha, donde se encuentran las oficinas de los Servicios de Igualdad".

El informe, firmado por el asesor técnico de prevención de riesgos laborales Miguel Ángel Ruiz Martínez, reconoce que "en el resto del edificio no se pudo hacer comprobaciones algunas al encontrarse las dependencias cerradas". La razón es muy sencilla: "No estaban disponibles" las llaves que dan acceso a las dependencias municipales, pese a que en la visita se encontraba el jefe de servicio de Edificios Municipales. Por lo tanto, los inspectores se tuvieron que contentar con un recorrido por el exterior del edificio, observándose que las salidas traseras están igualmente clausuradas y que en la esquina de la fachada del edificio a la calle José María Osborne "aún persiste la existencia de los desperfectos detectados en la visita efectuada el pasado 11 de octubre de 2006".

Ante esta situación, la Junta ha optado por recordar los informes anteriores (que obligaron a cerrar en 2007 el ala izquierda del inmueble) y avisar de la posibilidad de riesgos para el personal municipal que trabaja en Diego de Riaño.

En el informe realizado el 11 de octubre de 2006 se constató, tras una inspección visual, numerosos problemas de gravedad, como la existencia de grietas en los paramentos verticales interiores de las distintas plantas de su ala izquierda. Asimismo, en el exterior, en la fachada trasera colindante con la estación de autobuses, "una gran grieta a partir de la junta de dilatación" -de izquierda a derecha en sentido descendente-, probablemente producida "por un movimiento estructural". Los técnicos también detectaron -además de grietas en el paramento del pilar de esquina trasera- la existencia de desprendimientos del hormigón que forma la capa de protección de las armaduras y, a la altura de "unos dos metros del suelo", la permanencia de una grieta horizontal en dicho pilar, "posiblemente por cizallamiento". Por todo ello se recomendó el cierre del ala izquierda del edificio.

Por su parte, el Ayuntamiento encargó también en 2006 un informe a la empresa Vorsevi, documento que la Consejería de Empleo no consideró suficiente debido a que en dicho texto "no se entra en profundidad en el asunto", poniendo como principal ejemplo el que "se omite la situación de la junta de dilatación que divide y delimita el edificio en dos alas".

Además de lo indicado, el informe (que al igual que los anteriores fue firmado por Miguel Ángel Ruiz Martínez) reprocha al documento elaborado por la empresa Vorsevi el que omita "completamente" los riesgos derivados de desprendimientos de elementos no estructurales interiores y exteriores del edificio (falsos techos, tabiques, etcétera) y "de posibles daños a viandantes y trabajadores de obras en las proximidades". Por todo ello, la Junta se reafirmó en la necesidad de la clausura del ala izquierda del edificio de Diego de Riaño en tanto que el Ayuntamiento no elaborase un estudio en profundidad sobre el asunto y se pronunciase acerca de la seguridad estructural del edificio. Tres años después, el problema sigue sin ser solucionado.

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