8 M

Mareas moradas en Sevilla por el 8-M a pesar de la lluvia

Manifestación 8 M Sevilla / José Luis Montero

La lluvia no consiguió frenar las mareas moradas que se han celebrado en la ciudad. "Abuela hoy grito por todo lo que tuviste que callar"; "es feminista, no feminazi" o "las niñas no quieren ser princesas, quieren ser alcaldesas" fueron algunos de los lemas que se pudieron leer en las pancartas –algunas plastificadas– que recorrieron el centro. En una manifestación que partió desde la Plaza Nueva a las 20:00 –con una puntualidad germánica– y que finalizó en la Alameda de Hércules.

Un 8M en el que se volvió a reivindicar el fin de los asesinatos machistas, de la violencia de género y la igualdad real entre hombres y mujeres a nivel laboral y social.

Frente a las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que apuntan que un 44,1% de los hombres cree que "se ha llegado tan lejos" -como si "tan lejos" fuera suficiente- en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se les "está discriminando"; muchas más sevillanas y, por supuesto, sevillanos de los que se esperaban por la lluvia, alzaron su voz para recordar a las que ya no están y para exigir un sistema más justo. Unos 4.500 según la Subdelegación del Gobierno que se suman a los 250 asistentes de la concentración convocada por CCOO, 300 los de la UGT y 500 asistentes la del Sindicato de Estudiantes, las tres de la mañana.

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha asistido a la manifestación principal de Sevilla ha asegurado que llevarán al Congreso cuando tengan "la mayoría suficiente" una iniciativa para abolir la prostitución y ha recordado que el PSOE ya lo incorporó en su programa electoral. Según la ministra, es necesario el acuerdo con otras fuerzas políticas para hacer posible "una aspiración de muchas mujeres feministas", que es prohibir la prostitución.

Pero además de la ministra, había muchas mujeres que luchan día a día por la igualdad real. "No podía faltar a pesar de la lluvia", explicó Irene Calvo. Una de las manifestantes que no dudó en admitir que hasta el último momento estuvo dudando si salir de casa. "Pero es primordial salir a las calles, por las que ya no están y, principalmente, por los que vienen".

Una opinión que compartió con su compañera Julia Guisado. Esta joven profesora indicó que intenta "explicar a los más pequeños quiénes protagonizaron el inicio de esta lucha”, pero también “la importancia de ser libres para decidir".

Cuando la comitiva llegó a la Alameda de Hércules se coreó la consigna "no es un día de fiesta, hoy se lucha y se protesta". "La gente nos felicita, pero en realidad es un día para recordar todo el camino andado y el que nos queda", comenta Guisado a sus acompañantes.

Allí se leyó un manifiesto en el que se recordó que las mujeres "estamos hartas de promesas y de excusas, una vez más reivindicamos justicia" y se recalcó que una sociedad "no es justa ni democrática si se hace cómplice de las desigualdades. Las mujeres no vamos a esperar ni un minuto más y vamos a reivindicar lo que nos pertenece que es la mitad del mundo”.

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