Torre de arena, sótano del cielo: Los restos de Marifé de Triana llegan a Sevilla

Calle Rioja

Trasladados en un Maserati blanco al cementerio de San Fernando procedentes del de Torremolinos

Vuelve casi diez años después de su muerte

Los restos de Marifé de Triana, en el cementerio de San Fernando
Los restos de Marifé de Triana, en el cementerio de San Fernando / José Ángel García
Francisco Correal

02 de diciembre 2022 - 22:05

En el colegio, a Sergio Corpas le gustaba decirle a sus compañeros cuando tenía 10 años que quería ser funerario. Ayer vivió "el día más importante de su vida". A sus 27 años, conduciendo un Maserati Blanco de la funeraria malagueña Grupo Sur, trajo desde el cementerio de Torremolinos hasta el de Sevilla los restos mortales de Marifé de Triana. "Mi abuela era muy coplera y por mi cumpleaños, en Radio Chanquete, una emisora local, siempre me ponía canciones de Marifé".

Sergio no vino solo. Le acompañó Juan Ariza, amigo de la familia de la tonadillera, dicen que le enseñó a hacer fotografías a José María Alonso Calvo, el marido de la cantante. Sus restos llegaron en el mismo féretro, así como las cenizas de "su inseparable Ani Guerrero", como reza la tumba, un panteón de tierra para diferenciarlo de los de capilla, como explica Ramón Caba, director del cementerio de San Fernando.

Cuando el Maserati Blanco circulaba por la A-92 con dirección Sevilla, Angelita y su sobrina Macarena ya estaban poniendo la tumba como los chorros del oro. "¿Qué si la conocí? Cuando era una chiquilla, estuve en su camerino con ella y su madre. Tenía una caja de bombones y me dijo: 'coge uno, Angelita'. Muchas veces fui con Pepe el de la Macarena a llevarle un centro de flores al teatro".

De forma providencial, apareció un hueco para este panteón en la calle San Félix esquina con la calle Fe. Parece la calle Betis: a un lado, Marifé de Triana; enfrente, la trianera Paquita Rico (1929-2017), junto a un panteón de tierra adquirido en vida por la duquesa de Alba junto al familiar de Pepe Pinto, la Niña de los Peines y Tomás Pavón, hermano pequeño de ésta, y el de Juan Belmonte (1892-1962). Junto al de Marifé, el del torero Manolo González (1928-1987). Esta calle perpendicular a la central empieza con el panteón Sundheim y termina con el de Contadero, donde reposan los restos del marqués que fue alcalde de Sevilla, Jerónimo Domínguez y Pérez de Vargas, además de presidente del Sevilla y del Betis.

Descansa en la calle San Félix esquina Fe junto a Paquita Rico y la Niña de los Peines

Medio centenar de personas se dieron cita en el cementerio. Tere Sánchez, vicepresidenta de la Asociación Cultural de la Copla Marifé de Triana, cantó a la llegada del féretro 'Torre de Arena', una de sus canciones más célebres. Media docena de sepultureros, como una cuadrilla de costaleros, procedieron a abrir el mármol de la lápida. Comprobaron que no había nada (ni nadie) dentro y que había espacio para que cupiera el féretro múltiple. Se oía el ruido de los motores, porque en este cementerio de Sevilla Caronte no viaja en barca, sino en avión.

Una de las primeras en llegar fue Mercedes Montiel, heredera de la heredera universal de Marifé. Alfonso de Miguel, presidente de la asociación cultural, prorrumpió en vivas a Marifé, Triana, Sevilla, Andalucía y España cuando depositaron el féretro. Pedro Roncel firmó los últimos trámites y hubo quien llevó al camposanto discos de vinilo con antologías de la cantante. Angelita y su sobrina habían dejado impoluto el nuevo escenario de Marifé.

Un momento del entierro en el cementerio de San Fernando de Sevilla.
Un momento del entierro en el cementerio de San Fernando de Sevilla. / José Ángel García

Torre de arena, sótano del cielo. "Yo estuve cuando el alcalde Monteseirín inauguró el azulejo en su casa de la calle Alfarería". Antes que alcalde de Sevilla, fue concejal de Burguillos, localidad donde nació la cantante. Al alcalde Antonio Muñoz, desbordado por su agenda de ubicuo regidor de la ciudad, lo representó Encarnación Aguilar, teniente de alcalde delegada del distrito de Triana, con la que el escultor Jesús Gavira comentó algunos detalles del monumento a Marifé que está previsto ubicar en la plaza del Zurraque.

Más hombres que mujeres en la vuelta a casa de Marifé. Entraban al cementerio por la puerta de Oficinas y salían por la de Duelos sin quebrantos. La que da a la avenida Medina y Galnares donde está la parada del 10, el coche de los vivos, junto al bar Goma, refrigerios para mitigar el desconsuelo en un local que en 2028 será centenario. Con Paco como el último mohicano de varias generaciones. Nacido en 1962, el año que murió Belmonte. Marifé ha cambiado la Costa del Sol por la playa de María Trifulca. Ahora hace guardia de canciones equidistante entre los enterramientos de Joselito y Belmonte, la gran Sevilla del poema de Machado.

Un sepulturero daba órdenes de capataz a sus compañeros. "Por igual los de atrás". La escalera se perdía hacia abajo, como el periscopio de un submarino. Arriba quedaban los nombres y las fechas, con la fotografía de Marifé. “No es que esté guapa, es que era muy guapa”. El funerario que de niño quería ser funerario le daba la vuelta al Maserati Blanco en la rotonda del Cristo de Susillo y reemprendía el camino de vuelta después de haber vivido el día más importante de su vida y haber recordado las canciones dedicadas de su abuela, que se fue en los días del covid. Le encantaría contarle que fue el chófer de Marifé en su penúltimo viaje postrero según las cuentas de Sevilla. Rodeada de toreros y de un marqués, aunque fue el pueblo llano, el que no tiene para panteones, el que la puso en el pedestal de las artistas inmortales. El cóndor pasa. Era otro avión.

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